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franciscana y también a todo elmundo. Hacerpresente en el mundo el sentido genuino de la fraternidad evangélica forma parte de nuestro testimonio profético. Debe ser modelo y fermento de vida social, una invitación a los hombres para favorecer la convivencia fraterna entre ellos con el fin de unir fuerzas para una mejor evolución y liberación de toda la persona y para un auténtico progreso de la sociedad humana 45 • Es un signo profético caracte– rístico de nuestros tiempos mediante el cual Dios, en el desarrollo de las relaciones sociales, "nos interpela para que nos entreguemos a la realización y al incremento de la fraternidad en la justicia y en la paz" 46 • Mirando a Cristo, supremo modelo de minoridad, que vino al mundo no para ser servido sino para servir y dar su vida por la salvación de los hombres, los hermanos deben comprometerse en el servicio a todos, sin tratar de ser "mayores", o sea, superiores, sino intentando ser "menores" ante cualquier hombre. Ciertamente que no se trata de menospreciarse uno a símismo, como si se tratara de negar el valor de la propia persona, objeto particular del amor de Dios, sino de sentirse incapaces de avanzar rectamente en las relaciones con los demás, dispuestos siempre a colocarse a los pies de todos como los más pequeños. Francisco considera a los demás "señoresl', para ser su siervo, estar a sus órdenes, lavarles los pies, servirles la mesa. El ha podido cumplir esto porque no tenía nada, después de su abrazo total a "Madonna Povertá". Por razón de su total desposeimiento ha podido entrar en la corriente profunda de la gratuidad: todo lo recibe, nada merece. Quien todo lo recibe no exige derechos, nada reclama y sabe ser reconocido y agradecido por todo. Siguiendo el ejemplo de Francisco que prefería a los leprosos y a cuyo servicio se dedicaba con amor y espíritu caballeresco, los hermanos deben con preferencia servir especialmente a los que 45 Cfr Const 11,4. 46 Const 11,5. 35
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