BCCCAP00000000000000000001278
El movimiento franciscano nace en este contexto: Francisco no ignora la condición de la Iglesia y del clero de su tiempo. Conoce– mos tanto por sus escritos como por sus primeros biógrafos, su propia intención de moverse dentro del espacio concreto de la Iglesia, en el cual él encuentra la atmósfera necesaria para llevar una vida· según el Evangelio y para no querer reaccionar contra posibles abusos con rupturas violentas. Tras años de búsquedareligiosa, vivida a la sombrade laIglesia, con frecuencia va a pedir consejo al obispo, como nos refieren-las di(erentes "leyendas" (Los Tres Compañeros, El anónimo de Perusa, etc...). Cuando más tarde se le unieron compañeros, será el mismo obispo Guido; ante el que se había despojado de sus vestidos, el primero que aprobó la autenticidad de su carisma 31 • 3. La Madre Iglesia Alcanzado el número de doce compañeros, llega a convencerse de que el Señor quiere servirse de él para formar una nueva familia en la Iglesia. Francisco siente instintivamente la necesidad de llevarla a los pies de la Iglesia romana para tener con su aprobación la seguridad de estar en el camino justo: "Veo, hermanos, que quiere el Señor aumentarmisericordiosamente nuestra fraternidad -así nos refieren sus palabras la Leyenda de los Tres compañeros– . Vayamos pues, a nuestra santa Madre la Iglesia de Roma y manifestemos al Sumo Pontífice lo que el Señor empieza a hacer por nosotros, para que de voluntad y mandato suyo prosigamos lo comenzado" 32 • No se trata sólo de obtener del Papa una autorización; él quiere que sea el propio papa el que lo llame y lo invite como Jesús a los apóstoles, a vivir el Evangelio: "Esta es la vida del Evangelio de Jesucristo -dice el Prólogo de la Regla 1-, cuya concesión y confirmación pidió el hermano Francisco al SeñorPapa Inocencio. 31 Cfr LP 15; FF 1562. 32 TC 12,46; FF 1455. 160
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz