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San Francisco, llevado del celo por las almas, por divina inspiración, con el ejemplo de su vida y con la fuerza de su Regla, hizo florecer en su tiempo el espíritu misionero, dando impulso a aquellas iniciativas de la Iglesia, que reciben el nombre de activi– dades misioneras, mediante las cuales se anuncia el Evangelio y el Reino de Dios 2 • Se puede decir que Francisco, tomando progresivamente con– ciencia de la amplitud que podía alcanzar el radio de acción de su fraternidad, concibió la idea de un apostolado extenso hasta los confines de la tierra, es decir, universal; y que después él, todo evangélico y eclesial, sintió como una obligación para sí y para todos sus hermanos. Para identificarse lo más posible con aquella enseñanza del padre san Francisco, "nuestra Orden acepta como tarea propia el compromiso de la evangelización, que pertenece a toda la Iglesia, y considera y asume esa actividad misionera entre sus principales cometidos apostólicos" 3 • l. La vocación franciscana es vocación misionera El documento final del III CPO afirma: "Toda vocación francis– cana es fundamentalmente misionera", por ello justamente nuestra Orden se puede definir como "una fraternidad apostólica que cum– ple en la Iglesia el deber de servicio para con todos los hombres" 4 • Las Constituciones, deduciéndola del III CPO, esbozan una nueva figura del misionero, presentándola así: "Se consideran misioneros los hermanos que, en cualquier continente o región, llevan el gozoso mensaje de la salvación a todos los que no creen en Cristo. Sin embargo, reconocemos la especial condición de aquellos hermanos que desarrollan la actividad misionera al servi– cio de las nuevas Iglesias" 5 • 2 Cfr Const 174,3. 3 Const 174,4. 4 IDCPO 10. 5 Const 176,5-6. 1.52
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