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no hay peso que mida su valor. El amigo fiel es remedio de vida, los que temen al Señor le encontrarán. El que teme al Señor endereza su amistad, pues como él es, así será su compañero" 27 , y hace suya la invitación que las Constituciones dirigen a los hermanos para que vivan la amistad en su justo significado y en su verdadero fundamento: "En virtud de nuestra consagración y por el respeto debido a la vocación de aquéllos con quienes nos relacionamos, evitemos ligarlos a nosotros; más bien seamos nosotros quienes nos entreguemos a ellos. Así se crea una amistad liberadora, no destructiva de la fraternidad" 28 • En este contexto el hermano no debe ni siquiera olvidar que si los vínculos familiares pueden favorecer el crecimiento afectivo, la fraternidad en la cual Dios mismo lo ha llamado a vivir, es su nueva familia 29 • Concluye el capítulo con la invitación a meditar "con frecuencia las palabras de san Francisco, con las que exhorta a sus hermanos a que, dejando a un lado toda otra preocupación, amen y adoren al Señor Dios en todas las criaturas con puro corazón, cuerpo casto y santas obras" 30 • Por consiguiente, nuestra vida casta, como testi– monio personal y colectivo, servirá para manifestar a los hombres que en nosotros y en nuestra fraternidad vive y se manifiesta el Espíritu de Dios que es amor" 31 • 27 Sir 6,14-17. 21 Const 172,3. 29 Cfr Const 172,4. 30 Const 173,1. 31 Const 173,2. 150