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Los ministros animen sobre todo al cumplimiento de la voluntad de Dios por parte de todos los hermanos. Sabiendo que el padre llama a cada uno por amor según su particular designio, los ministros se esfuercen por discernirlo y por ayudar a los hermanos a conformar a él su vida, cumpliendo en sí mismos activa y responsablemente la voluntad de Dios 10 • 2. La otra gran virtud que debería ser, junto con la humildad, característica de los superiores, es la caridad. Llamados a ejercitar "con firmeza, y a la vez con mansedumbre y caridad, la obligación que les compete por la Regla de amonestar, confortar y, cuando sea necesario, corregir a los hermanos", los superiores, teniendo en cuenta la persona y las circunstancias de cada caso, procuren corregir en privado los defectos de cada hermano mediante el diálogo fraterno 11 • Traten de los defectos o faltas de la fraternidad con los propios hermanos, especialmente con ocasión del capítulo ·1ocal, de modo que "todos busquen y apliquen los remedios efica– ces" 12 • "Los hermanos, por su parte, acepten de buen grado la correc– ción de los superiores para provecho del alma" 13 • Recordemos las palabras de Francisco: "Dichoso el siervo capaz de soportar con igual paciencia la instrucción, acusación y reprensión que le viene de otro como la que se da a sí mismo. Dichoso el siervo que, al serreprendido, acata benignamente, se somete con modestia, confiesa humildemente y expía de buen grado. Dichoso el siervo que no tiene prisa para excusarse y soporta humildemente el sonrojo y la reprensión por un pecado en el que no tiene culpa" 14 • 1 ° Cfr Const 159,1-2. 11 Cfr Const 160,1-2. 12 Const 160,4. 13 Const 16,3. 14 Adm 23,1-3; FF 172. 130

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