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lidad u odio racial". Otras actividades que responden a las exigencias de nuestros tiempos son "el diálogo ecuménico de caridad, verdady oración con los hermanos cristianos no católicos", el "diálogo de salvación con los hombres que profesan otra religión y con los no creyentes, entre quienes viven o a quienes son enviados" 13 • En todas estas actividades, "tradicionales" o nuevas, trabajen los hermanos con espíritu de servicio, según el Evangelio: un estilo de vida simple y popular, un modo afable de acercarse a la gente y de conversar con ellos, facilitará nuestra acción apostólica. Ciertamen– te "con mayor facilidad se entiende y de mejor grado se acepta el testimonio de los hermanos que, sencillos de corazón y menores en cuanto al estilo de vida y al modo de hablar, viven cercanos al pueblo" 14 • Queda reafirmado así cuanto se había dicho ya en el n. 4,4: "Cultivando entre nosotros laespontaneidadfraterna, vivamos gozosos entre los pobres, débiles y enfermos, al tiempo que compartimos su misma vida, y mantengamos nuestra peculiar cercanía al pueblo". Esta "capacidad de contacto" con el pueblo sobre todo con los pobres y los débiles, forma parte de nuestro carisma y es la gracia de la que Dios se sirve para facilitarnos el encuentro con los demás. 4. Formas específicas Otras formas de actividad apostólica se presentan con más detalle: administración de sacramentos, predicación, apostolado parroquial, cuidado de las asociaciones de fieles, uso de los medios de comunicación social. San Francisco, en el capítulo IX de la Regla Bulada, había dado normas y exhortaciones sobre el ministerio de la predicación. Las Constituciones de Albacina, al inicio de la reforma capuchina, imponían a los superiores no dejar inactivos a los predicadores, sino 13 Const 147,3-5. 14 Const 147,6. 120

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