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CAPITULO IX Nuestra vida apostólica (144-154) El capítulo no está dividido en artículos porque el contenido del artículo 1 º, sobre la preparación y formación para el apostolado, se ha transferido al capítulo II. Sin embargo, se pueden distinguir dos partes: la primera que trata del apostolado en general 1 , y la segunda de algunas formas de apostolado 2 • El número introductorio, según la cita evangélica de un famoso texto del profeta Isaías 3 , invita a fijar la mirada en Jesús, hijo de Dios, enviado por el Padre al mundo para llevar la alegre noticia a los pobres, curar a los contritos de corazón, proclamar a los cautivos la liberación y devolver la vista a los ciegos. l. San Francisco y el apostolado Jesús quiere que su misión se continúe en la Iglesia mediante la fuerza del Espíritu Santo. Es el Espíritu el que suscita en la Iglesia las distintas familias religiosas, para que presten su servicio a los hombres, evangelizándoles con la palabra y las obras. El mismo espíritu que suscitó a san Francisco y a su fraternidad apostólica para que, "según las necesidades más urgentes de su tiempo ayudara con todas las fuerzas a la misión de la Iglesia, sobre todo, a favor de aquéllos que mayor necesidad tuvieran del mensaje evangélico" 4 • San Francisco no propone una actividad particular ni para sí ni para sus hermanos. El quiere imitar a Cristo, imitación a la que cualquier otra cosa, incluso la vida apostólica, está adecuada. En la Regla se habla de predicadores y misioneros, pero no se excluyen 1 Cfr Const 144-146. 2 Cfr Const 147-154. 3 Cfr Le 4,16-19. 4 Const 144,2-3. 117

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