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TIBURCIO DE REDIN, TECNICO NAVAL que parece haberse incorporado a la armada de Indias, bajo las órdenes directas de su hermano, D. Adrián Miguel de Redín, capitán de mar y guerra, esto es, comandante de una _unidad naval de combate. Debió de hacer su primera carrera de Indias en 1622, con la flota gobernada por el marqués de Cadreita; al mando del galeón Espíritu Santo y en grado inte– rino de capitán de mar y tierra. Reitera su experiencia ultramarina con el capitán general de la armada real de la guarda de la carrera de Indias, D. Tomás Larráspuru. - En 1624 se aprueban los informes para la concesión del caballerato en la Orden de Santiago. Participa en expediciones de corso, principalmente contra los piratas ingleses, entre Cádiz, Lisboa y las Azores, unas veces con el almirante de la armada de Guipúzcoa, el célebre D. Antonio de Oquendo, y otras a las órdenes del capitán general de la armada del Océa– no, D. Fadrique de Toledo y Osario; y en todos los choques y zafarran– chos causa admiración por su temeraria valentía y por su creciente destreza maniobrera. Quizá se mostró más hábil estratega que capitán de mar en el asalto a la isla de San Cristóbal (año 1629), de la que consiguió desalojar a los bucaneros ingleses y franceses, que se juzgaban inexpugnables. Había llegado D. Tiburcio de Redín al mando del galeón Jesús María, que encalló en la costa de la isla; tuvo la habilidad de ponerlo a flote antes de que el enemigo le acometiera. Por real cédula de 10 de abril de 1631 le confía Felipe IV, como a suje– to práctico «en las cosas de la mar y de la guerra», una compañía de infan– tería y otro galeón, con el sueldo mensual de 30 escudos de a 10 reales; mas no en propiedad, puesto que se espécifica que, al fallecimiento de su actual capitán, «entre en su compañía y galeón». El 12 de mayo de 1633 zarpaba de Cádiz la flota en que había de em– barcar el capitán, ya efectivo, de mar y de guerra, D. Tiburcio de Redín. Constaba de 55 unidades, 24 de las cuales formaban el convoy de guerra, a las órdenes del marqués de Cadreita, general de la armada. Aunque Redín había entrado en la terna de almirantes, ganóle la partida D. Antonio de Isasi, por decisión real. El 24 de junio fondeaban varias embarcaciones frente a la isla de San Martín (antillas de barlovento), madriguera bien fortificada de corsarios. Con su compañía de mosqueteros dio el asalto D. Tiburcio de Redín, que resultó herido en el pecho y en el brazo; pero triunfó en la demanda. Su hermano, D. Miguel Adrián de Redín, comandante de la nao almi– ranta de la armada de Larráspuru, murió destrozado por la metralla, el día 15 de septiembre de aquel año 33, en lucha contra tres navíos holandeses, a la altura de Puerto Rico; su galeón consiguió refugiarse en la Habana. Felipe IV, en gesto de gratitud por la gesta hazañosa de ambos hermanos, abrazó a D. Tiburcio de Redín y colgóle al cuello su pr9pia cadena de oro 10 • El conde de Castrillo (virrey que fue de Navarra), después de elogiar a D. Tiburcio «por muy valiente soldado y Caballero de la calidad que es notorio», agrega que le conoce «por haber servido en la carrera de las Yn- 10. Las andanzas ultramarinas de D. Tiburcio de Redín se refieren con más abundancia de datos en la obra citada de P. Lázaro de Aspurz, p. 50-61. [5] 497

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