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EULOGIO ZUDAIRE HUARTE nueva genialidad; pues aun cuando diera orden de afearle su conducta 29 , la oferta casi inmediata de un nuevo empleo resulta desconcertante. Por fallos menores se confinaba en el Pinto o en Torre Abad. Mediado el mes de octubre de 1636, no se sabe si en gracia de un cierto optimismo belicista del conde duque de San Lúcar o por el embrujo de unos laureles que tentaran al marqués de Valparaíso, virrey de Navarra, tropas de este reino y de la provincia de Guipúzcoa invadieron tierras fronterizas de Labort (o de Labourdi) y se apoderaron de algunas plazas. Contra la voluntad de jefes y oficiales, que juzgaban hacedero y fundamental apoderarse Bayona, se hizo alto en San Juan de Luz 30 . Participó en la empresa D. Tiburcio de Redín, al mando de alguna compañía. Cuando se tuvo noticia en la corte del éxito de la acometida, determinó Felipe IV acelerar la formación de levas, que pudieran reemprender la lucha «por el mes de marzo del año que viene de 37». Navarra mantenía en aquel frente, según se pensaba, unos mil voluntarios. El rey deseaba que recreciera su contribución con otros mil, con los cuales se podría formar un tercio; bajo las órdenes de un maestre de campo, que fuera «de calidad, valor y plática y esperiencia en las cosas de guerra». Y en atención a que éstas y otras buenas partes concurrían en D. Tiburcio de Redín, barón de Bigüézal, «y a lo mucho y bien que me aueis seruido de 20 años a esta parte en mar y tierra, haciendo servicios particulares, he tenido por bien de elexiros y nombraros» por tal mestre de campo 31 • Digno es de notarse que en la real cédula de su nombramiento se haya recogido la apelación a los 20 años de servicio en que Redín apoyaba su negativa a depender del marqués de Villafranca. Deberá abonar media annata por la merced recibida; tiene además que satisfacer a la real hacienda los dos caballos que se llevó, uno alazán y el otro morcillo, o satisfacer la fianza: disyuntiva imposible en sus dos partes. Eso no obstante, como tantos gastos le ha causado la acción pirenaica, no sólo se le condona la fianza, sino que se le asignan 200 ducados de ayuda de costa, amén de los que ya recibió al emprender su viaje desde la villa y corte a Pamplona 32 • Signo evidente de lo que importaba ganarle la voluntad. Misión ardua y tan dificultosa la de una nueva leva en Navarra, que se abandonará la «interpresa pirenaica» sin haberle dado cumplimiento. Ni en el frente labortano halló Redín los mil presuntos combatientes navarros: entre muertos, enfermos, desertores y licenciados, la merma era notable. Y de los que aún quedaban no pocos porfiaban por regresar a sus lares, porque nadie había quedado en ellos que cuidara de alimentar a sus mujeres y a sus hijos. 29. Pudiera ser reflejo de aquel toque de atención la manera de interpretar las palabras de Olivares sobre «que no quiero servir» :.Tiburcio de Redín aJerónimo de Ayanz, 13 de agosto de 1636, ap. L. AsPURZ, ob. cit., p. 80. . 30. E. ZUDAIRE HUARTE, Planos navarros del siglo XVII. Valle de Baztán y villa de Maya. Frontera y villa de Burguete (1637), en «Lecároz», segunda época, 3 (sept.-dic. 1953), 33-42. 31. Borrador, s.f. (año 1636): ACS, C.A., leg. 1162. Es evidente que cuando el asalto de Urruña, Zuberoa y San Juan de Luz no era maestre de campo, pues que expresamente se indica en la provisión real que esos puestos estaban ya guarnecidos por mil soldados del reino de Navarra. Es corrección de lo que sobre el particular se ha escrito. 32. «Junta de execución del exército... En Madrid, 4 de Henero de 1637». El rey, de su puño y letra: «como parece» (rb.): ACS, C.A., 1.183. 506 [14]

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