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FRANCISCO ÜNDARRA zion ere gizonak, arkitu zuen azari tristeak uste etzuen bezela; bada an sartzean, sartu zuen burua gizonak ezarri zion tranpa batean eta gelditu zan lepatik lotua, ia («ya») itaan, negarra zeriala eta esaten zuela: «Onda gertatu zat ( sic) gertatu za– tadana; bada nere gaitzerako lagundu diot munduan dan gizanik eskerga– beenari ta gaiztaenari, giza tzar, dra– gai baten ortzetatik ateratzeagatik olla bat edo beste ukatu diranai (sic), eta azkenean neroni nere bizia kentzen didanari. » CONCLUSION que el hombre se lo dejó abierto, lo encontró el pobre zorro como no lo esperaba; pues al entrar en él, me– tió la cabeza en una trampa tendida por el hombre y quedó sujeto por el cuello, medio ahogado, derramando lágrimas y diciendo: «Bien me ha sucedido lo que me ha pasado; pues para mi perdición he ayudado al . hombre más ingrato y malo del mun– do, un hombre perverso, que me ha negado alguna que otra gallina a cambio de librarlo de los dientes de un dragón, y que al fin ·me quita la vida.». El antiguo predicador narra su parábola para demostrar la fealdad y maldad de la ingratitud que el hombre muestra para con Dios. No da nin– guna pista sobre el origen o fuente de la misma. Afirma tan solo que «adituco dezuna dá, parabola, ta berariez ala asmatua, eta ez gauza guertatua»: se trata de algo inventado de intento y no de algo que haya sucedido. El moderno etnólogo ve como moraleja de este cuento la de que hasta «al más pintado le pueden querer engañar» y la de que el hombre es débil tanto para el mal como para el bien. Salva al lobo, se muestra desagrade– cido con el buey y el caballo, y es traidor hasta con el zorro. Francisco ÜNDARRA 388 [12]

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