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LA PARÁBOLA DEL HOMBRE Y EL DRAGÓN 7. Primer árbitro: un buey vie– jo, cuyo amo no le da ni de comer. Dictamina a favor del lobo. Segundo árbitro: un caballo viejo, de quien nadie se cuida. Dictamina contra el hombre. Tercer árbitro: el zorro. Es– te, con astucia, consigue que el lobo se coloque en la misma situación de la que le libró el hombre; una vez en ella, dice a éste que lo mate, cosa que hace muy a gusto. 8. El hombre, agradecido, prome– te regalar al zorro un par de gallinas, que serán entregadas en el lugar y horn fijados de común acuerdo. 9. Convencido por su mujer, cam– bia de opinión, y mete en el saco, junto con las gallinas, el perro de casa, para que dé muerte al zorro. 10. Este no se deja sorprender, y, antes de caer en la trampa, gri– ta a sus hijitos en castellano: «Hijitos, levantad las ancas: en este p.... mundo todas son trampas.» 3 7. Primer árbitro: un perro atado a un roble con una soga. Da la razón al dragón. Convienen en que este árbitro es parcial, amargado como está por el tra– to que recibe de su amo. Segundo árbitro: un zorro. Habla éste por separado con ambos contendientes y logra que el dragón se meta en la cue– va en que estuviera atrapado; 'metido en ella, hace que el . hombre ponga de nuevo la pie– dra, y lo dejan allí para que se muera. 8. El hombre, agradecido y en cumplimiento de la palabra da– da anteriormente, promete al zorro que le permitirá entrar en su gallinero y comer lo que le venga en gana la próxima noche. 9. Acude el zorro puntualmente y confiado; pero el hombre le ha tendido una trampa a la en– trada del gallinero. 1O. Queda el zorro atrapado por el cuello y llorando. Reconoce que ha recibido su merecido, por haber ayudado al hombre más ingrato del mundo. 3 CARO BAROJA remite en la p. 29, nota 30, del mismo trabajo, a una variante de Cortézubi, Vizcaya, que aparece publicada en "Eusko-Folklore" (agosto de 1927) pp. 29--31, con referencia a otra de Guipúzcoa. Resumimos la variante de Cortézubi: Un lobo se muere de hambre en una trampa tendida por el hombre. Ante sus súplicas, es librado por otro hombre que acierta a pasar por allí. El lobo dice a su libertador que lo va a devorar, pues le aprieta el hambre. Acusado de ingratitud, ponen el asunto en manos de árbitros. El burro sentencia contra el hombre, pero el zorro logra que ,el lobo [7] 383

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