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MOLINOS Y MOLINERÍA (ARTE Y TÉCNICA POR TIERRAS DEL BAZTÁN) Los primeros son agudos en la parte de la boca y abultados en la del ojo. Los de bocas planas se aproximan más a la forma prismática y tienen la boca plana y provista de dientes agudos, constituidos por pequeñas pirámi– des cuadrangulares. Los semiplanos tienen la boca plana, provista de dientes como en el caso anterior, pero más estrecha. Se manejan por medio de un mango de madera que encaja en el ojo a modo de cuña. c) Piquetas: Son de punta aguda y se asemejan en la forma y ma– nejo a los martillos y en la punta a los cinceles (figuras 45 y 46). En muchos molinos se han utilizado otras piquetas de forma análoga a las de boca ancha, pero más pequeñas y sin ojo; se sujetan en el mango, introduciéndolas en una caja o taladro practicado en la cabeza del mismo. Existen otros instrumentos, llamados cuchillas, que consisten en una lámina de acero templado que se fija en una especie de portabroca por me– dio de un tornillo a presión y el conjunto en el mango, según la forma ya indicada en los párrafos anteriores 3 4. Picado el molino, ha de procederse a una limpieza a fondo de las dos superficies renovadas, pues resulta «peligroso echar grano al molino recién picado, ya que la harina saldría llena de piedrecitas y arenas, pues luego de picado da más polvo que harina, debido a la punta del martillo picador» 35 . El molinero La vida del molinero ha sido dura y de poca rentabilidad; todos estos molinos de Baztán pertenecen a grupos más o menos numerosos de porcio– nistas que daban trabajo a un determinado artesano que se dedicaba, gene– ralmente por tradición familiar, a conservar o hacer funcionar estos sencillos artificios; aquí no se ha dado el hecho tan frecuente en Navarra, de que el molinero fuese dueño del molino, teniendo la vivienda adyacente al mis– mo; en todo el Baztán los edificios que encerraban las máquinas moltura– doras ( errota etxe) eran solo molinos; se le permitía al molinero una peque– ña cocina de fogón bajo ( sukalde), donde todavía algunos molineros, como José Echeverría, de Maya, se preparan diariamente su partida caliente (figu– ra 47 ) ; todos tienen en un rincón del piso del molino una pequeña cocina con este fin. En todos los molinos hay un desván donde el molinero puede prepa– rarse un rincón de descanso, en caso necesario, pero nada hay dispuesto para 34 Véanse las figuras 45 y 46. La lámina XIII ,está tomada de la obra de BEGUILLET, ya citada. 35 J. F. BASTIEN, La nouvelle maison rustique, París, 1798. Tomo I, p. 81, [17] 235

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