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VIDAL PÉREZ DE VILLARREAL montó en 1905. Por todo esto, todos los molinos de alguna importancia tienen todavía las muelas del trigo, aunque totalmente inutilizadas. A propósito de estas piedras, Mr. Beguillet 31 , al dar sus características, nos habla de que han de ser duras, ásperas y escabrosas al tacto. Al especi– ficar su naturaleza, dice, en la terminología científica del siglo XVIII, que la mejor es el mármol granito y explica, «especie de piedra arenisca com– pacta de grano grueso. Especie de quartz o esquarzo lleno de agujeros como si fuese roído por gusanos. Si participan de la calidad del pedernal, están menos expuestas a salir areniscas ... ». Se da como muy buena, la de cuarzo– sílex, también llamada piedra molinera. «Se usan poco, dice Beguillet, las calcáreas y de asperón, por sufrir un ·desgaste rápido, con la contaminación consiguiente de las harinas obtenidas». Pero ocurría que este tipo de material no estaba al alcance de cual– quiera, máxime en la época que estudiamos, en que los transportes eran excesivamente lentos. Beguillet da como lugar adecuado para encontrar ma– terial excelente para estos fines, una cantera situada al norte de Francia. Solamente he examinado con detención la piedra triguera del molino de Echandi (Elizondo, Fuentehermosa) y en la parte superior de su piedra blanca (volandera) pude leer dos inscripciones, moldeadas en hierro de fundición: «Alexandre Fauqueux et Cie. La Ferté S/ Jouarre (France)». Y en el segundo grabado: «Fábrica de muelas harineras Alexandre Fauqueux et Cie. a LA FERTÉ-sous-Jouarre (Francia) A. Averly Montart y García únicos depositarios en Zaragoza». Huelgan comentarios. Se trata de un lugar del cantón de «Seine-et-Marne», en las cercanías de Meaux, al norte de Brie, en el Marne. Con unos 5 .490 habitantes, ade– más de industria variada, posee canteras de piedras para moler; «las muelas de La Ferté-sous-Jouarre tienen una gran reputación» (Larousse). La piedra de moler, dice Bleunard 32 , es un sílex cavernoso, con cavi– dades llenas de arcilla ferruginosa. Se la halla exclusivamente en terrenos superficiales de donde se deduce que proviene de la alteración de calcáreas siliciosas bajo la influencia de los agentes atmosféricos. Desde tiempos remotos se ha intentado encontrar un sustituto de este material y aparece el tipo de molino de molturación de piensos para ani– males. A la entrada del molino de Sartola (Azpilcueta) pude examinar una gran piedra volandera abandonada y el señor Ariztia me explicó se trataba de una piedra de muy mala calidad; presentaba unos caracteres de conglo- 31 BEGUILLET, Obra citada, Cap. III, articulo IV (279-288). 3~ A. BLEUNARD, Histoire générale de l'índustrie, París, s. a., II, p. 37. 232 [14]

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