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MOLINOS Y MOLINERÍA (ARTE Y TÉCNICA POR TIERRAS DEL BAZTÁN) ' de peso. Este nivel recuerda al bramil o gramil de superficies de ebaniste– ría, y con este nombre lo usan algunos de los molineros consultados ( gramil, gramila); otros le llaman simplemente nivel ( nivel, nivela) y otros sestra. En la superficie horizontal de la maratilla se sujeta la taravilla o kalaka, de forma que pueda girar junto con el eje del molino. La kalaka está for– mada por un cilindro de. madera de forma algo cónica, con cierto número de dientes de madera (en un caso los he visto de hierro, molino de Ursúa, en Arizcun), que, al girar, van produciendo en la cítola o kalapatxa un golpeteo rítmico que hace que los granos vayan descendiendo suavemente de forma continuada al ojo de la volandera, en torno al kokots y a los lados de la maratilla. El constante traqueteo que la kalaka produce en el embudo o kala~ patxa suele ser indicio del correcto movimiento del molino, y los moline– ros suelen colgar a su lado un pequeño cencerro (guaría) que desciende hasta chocar con los dientes de la kalaka, cuando la tolva queda sin grano. «La cítola es por demás, cuando el molinero es sordo», dice un refrán es– pañol 28. En el pequeño molino de la borda de Arraxka ( regata de Arizakun), el mecanismo es más ingenioso y seguro, pues un juego de palancas cierra directamente la paladera de entrada del agua en el saetín, al perder la tolva su carga, deteniéndose automáticamente el molino; procedimiento ideado por el anciano molinero que ha dedicado toda su vida a este menester arte– sanal y de servicio a los demás. Las dos piedras, solera y volandera, se hallan cubiertas por un enca– jonado de madera ( figura 33 ), que en los molinos grandes es poligonal y en los pequeños puede ser circular; tiene como finalidad recoger la harina, obligándola a salir por el orificio destinado a ello, llamado manga y en· Baz– tán, zurrute. Se recoge la harina en una gran caja, arca o harinal, dejándola enfriar antes de meterla en los sacos correspondientes. Se hacían antes estos sacos de piel de carnero ( recuerdan los pellejos de vino todavía no muy lejanos, de nuestros arrieros) y recibían el nombre de zorro; hoy se usan los de hilo y cada vez más los de papel, que se deno– minan con la palabra zaku o zakhu. Para recoger la harina, el molinero utiliza una pequeña pala de made– ra ( figura 34), con una sencilla asa interna para su cómoda sujeción en la mano; permite rápidas maniobras lo mismo dentro del arca que en la boca de los sacos. 28 Luis MARTÍNEZ KLEISER, Refranero general ideológico espafíoi. Madrid, 1953, XXIX- 783 p. Véase también la figura 32 correspondiente a .la kalaka y cencerro del moiLino de Maya. [11] 229

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