BCCCAP00000000000000000001261

RECUERDOS DE NAVARRA EN FERN1\.N CABALLERO «No sabiendo a qué santo encomendarse para dar a Villamar un aire moderno, que lo elevase a la altura del día, imaginó dar al camino que iba desde el pueblo a la colina en que estaban el cementerio y la capilla del Señor del Socorro, el nombre patriótico de Camino de Urdax, por ser el de una batalla que precedió al convenio de Vergara. «Pero entonces le salió peor la cuenta. Hubo motín de mujeres, mo– tín en regla, capitaneado por Rosa Mística en persona. Sus gritos y sus la– mentaciones habrían aturdido a los sordos. -¿Qué quiere decir Urdax? -gritaba la una. -¿Qué tenemos nosotros que ver con Urdax? -clamaba la otra. -¿Quién ha de quere1 enterrarse en Urdax? -chillaba una vieja. -Señor alcalde -dijo una pobre viuda-, si tanto empeño tiene usted en hacer mejoras, disminuya usted las contribuciones, póngalas como estaban antes, en tiempo del rey, y deje usted a las cosas el nombre que siempre han tenido. -Si tanto le place a usted el nombre de Urdax -dijo una joven-, póngaselo a sí propio. -Señor -dijo gravemente Rosa Mística-, ese camino es el de la Vía Crucis, y usted lo profana con ese nombre moruno». ( I, 133.) En la penúltima página del mismo capítulo vuelve a sonar el nom– bre: «El siglo de las luces, como dice ese caribe de alcalde, que quería con– vertir la Vía Crucis en camino de Urdax, trastorna todas las ideas». ( I, 138.) En la novela Lágrimas, en octubre de 1845,. nos da como ocurrida la pretendida alcaldada. -¿Que tiene novio? Pues ¿ quién es? -Berlinga, el hijo del tío Urdax. Al alcalde le había quedado este nombre desde que intentó ponérselo al camino de la Víacrucis, y al hijo le habían puesto el primero . . ..-Su padre de ella, el tío López, y la madre de él, la tía Urdaxa, los quieren casar por aquello de que el dinero llama al dinero. ( II, 136.) * * * [5] 323

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz