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Navarra en la obra de Eduardo Marquina Seríamos ingratos con Eduardo Marquina ( 1879-1946), si entre nos– otros pasara inadvertido el primer centenarÍo de su nacimiento. No podemos olvidar al que se acordó de Navarra en su prosa narrativa, en su teatro y, sobre todo, en su lírica y épica 1 . LAS HIJAS DEL cm Cronológicamente la primera alusión importante a Navarra ·aparece en su obra dramática Las hijas del Cid ( I, 4.99-624). El drama, o canto, como el autor lo denomina en.la dedicatoria, es de 1908. Las escenas finales, las nueve últimas páginas, nos pintan los sentimientos del Cid y de sus hijas ante la propuesta del casamiento regio. Dice el conquistador de Valencia a su hija doña Sol: Me pide el rey de Navarra tu mano, me pide el rey de Aragón la de Elvira ... Por ti entrará realeza en mi casa y llevará corona en tus hijos. Sangre del Cid y sangre de reyes se han de mezclar en tus hijos ... ¡Oh, pueda besar yo un día su frente menuda! Pone fin al drama la aparición de los reyes en la puerta, vestidos de hierro, caladas las celadas: impenetrables como destino fatal. . . Los hechos desarrollados en la escena no son invención de Marquina, En el Cantar de Mio Cid 2 había asistido el dramaturgo a la entrada del caballero Ojarra u Ocharra, rogador del infante de Navarra, para besar las manos del rey do1,1 Alfonso y pedir a Mio Cid el Cam~ador su hija para reina de Navarra. De .. h~cho la hija dd Cid n'-'nca lle~ó a ser reina de Na- 1 He manejado los ocho volúmenes dt'I sus C>br«s Completas, Madrid, Aguilar. Los siete primeros, de 1944; el último, de 1951. Las cifras romana y árabe adjuntas a los títulos o textos remiten respectivamente a tomo ·y página de esa colección, o a la página del tomo recién citado. 2 Versos 3394 ss. [l] 231

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