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P. ANSELMO DE LEGARDA En la invocación Marquina ha supuesto que la Virgen del buen mirar condescendiente llegó a los oteros de Roncesvalles traída por un pastor, un guardián de corderos, la tarde aquella en que le habló una fuente (731 ). En la página siguiente comienza la sección dedicada al pastor que no se limitó a trasladar la imagen: había sido él personalmente el artífice de la talla: Quisiera aquel candor y aquel fervor, tan callado y tan vivo, del pastor primitivo que, guardando rebaño en un alcor, talló en un tronco del vergel nativo tu rostro, en puridad tan expresivo, con su cuchillo en punta de pastor. El pastor pobre y lleno de inocencia tiene un encuentro casual con su modelo, en una cacería: contempla el paso de la dama del castillo, blanco rostro, blanco el cuello, blanca la frente; paloma era su mano, y sus dos ojos, como el cielo, azules. La Dama Blanca le deja una imagen imborrable. Como enajenado, ve transcurrir varios días. Y comienza a sacar de un tronco, a punta de cuchillo, la figura de la Blanca Dama del castillo, que vio un día pasar en su montura. La imagina sentada. Empieza tallando apasionada– mente «la divina paloma de su mano» 20 • Se entrega a su labor con tanto arrobo que ni se preocupa del resuello del lobo a su puerta. Trabaja tres meses modelando el busto. Vive fuera de sí, viendo visiones. Aparece en la talla el rostro esclarecido de la blanca mujer. Olvida hasta el cuidado de su rebaño. Pasa por delirios y angustias. Llora arrepentido. Vuelve a estar en silencio la cañada, se alza el pastor, empuña la cayada, 20 Las reiteradas alusiones a la paloma no significan que el poeta está pensando en Ujué. Lo que ocurre es que en Marquina casi es un tópico esa imagen o metáfora en la descripción de la Virgen. Y así, cuando en sus "Loas de Santa María" (VI, 1183) canta a la Macarena, le oímos decir: Como estrellas en las lomas son sus ojos, al mirar; · y sus manos, dos palomas que se le van del altar. Posteriormente, en 1945, en el monasterio extremeño de Guadalupe, al hacer la presentación de la imagen de la Virgen ante el cuerpo diplomático hispanoamericano, nos dice: Tiene unos ojos serenos y tiene unas manos parcas ... ... y a un vuelo en busca de mundos la mano se le desplaza. (VIII, 643-644) 258 [28]

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