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NAVARRA EN LA OBRA DE EDUARDO MARQUINA Roldán queda a los hombres en perdurable ejemplo. Sopla la trompa con tal ansia, que estallan las venas de su cuello. La oye Carlomagno y torna al lugar de los muertos. Levanta a las cenizas de tantos infanzones un tosco mausoleo que de sus manos cierra 9 • ( 694) La segunda acc1on de la segunda parte titula el poeta <~Sancho el Ma– yor. Ensayo de crónica rimada» (VI, 694-718). Al poeta le duele la España dividida entre los moros y los desunidos reinos cristianos: «Cuando no eras, España, reino de las Españas»: Almanzor daba al aire su triunfante pendón; Galicia era un misterio, su cifra era León; Asturias, un milagro; Castilla, una ambición, y la Navarra, un hecho: no pedía sanción. El poeta explica por qué ha escogido aquel reinado para su canto: El destino futuro predestinaba ... Y antes que el vago ensueño regio se encarnara en la vida, ya unas manos guerreras de gestos imperantes se ensayaron a hincar los carbunclos radiantes de una sola corona sobre una España unida. 9 En la primera parte del libro a Marquina le ha bastado la convivencia con los hombres y mujeres, y la estancia en aquellas tierras para mover su inspiración y com– poner sus poemas. Para estos del ciclo carolingio siguió prestándole buenos servicios el teatro que conocía de vista con sus hayedos y montes. El desarrollo de la acción exigió una consulta siquiera somera de libros. Parece que en este momento no llegó a consultar al P. José MoRET, Anales del Reino de Navarra, t. I, Tolosa, 1890, libro V, cap. I, pp. 175 y ss., donde el historiador expone la venida de Carlomagno a España y las causas de ella, el cerco de Pamplona y la rota de Roncesvalles. En cambio, es posible que procedan del mismo P. Moret, pp. 33 ss., las noticias de las cohortes vasconas que levantó Galba y sucesos de ellos en las guerras de Alemania, "cuando Galba a Germanía batió con sus vascones", como nos ha dicho Marquina al pintarnos la yegua negra. Las reminiscencias del "Canto de Altabiscar", que advertimos en la pintura de la yegua roja, han vuelto a ser visibles ahora en Roncesvalles. Para ello Modesto LAFUENTE; Historia general de España, t. III, Madrid, 1850, p. 137 ss., ofrecía la descripción de la marcha de Carlomagno, la sorpresa por los montañeses vascos, su grito de guerra, la gritería de los guerreros vascones, que "retumbando en las rocas y cañadas aumentaban el horror del sangriento cuadro". Lafuertte ofrece el "Canto de Altabiscar", la célebre falsificación, en euskera y en castellano. Marquina empleó la voz "irrinci" en el pasaje de las yeguas. Hay otros pormenores en Marquina que exigen otras procedencias. La nobleza de Roldán al oponerse al derribo de las murallas, está a tono con el carácter del héroe en su Chanson. La idea de la orgía de los doce Pares pudo provenir del Pseudo-Turpín, donde aparece la sorpresa de los veinte mil hombres de la retaguardia "por haberse entregado al vino y a las mujeres", y aparecen también el cuerno de Roldán, la roca herida por su es– pada Durenda, la muerte de Roldán y su apoteosis. Cf. Marcelino MENÉNDEZ y PELAYO, Orígenes de la noi,,ela, t. I, Santander, CSIC, 1943, p. 205. [19] 249

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