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72 Miguel Anxo Pena González culoso tratado elaborado por Moirans. Es significativo que en dicho manuscrito encontremos notas marginales de Francisco José de Jaca 277 • La mayor parte de los autores utilizados por el borgoñón aparecen también en el tratado del ara– gonés. 4.4. Otros escritos donde plasma su doctrina Hay una segunda serie de escritos donde formula su doctrina sobre la esclavitud y pretende defender la inmunidad del estado eclesiástico. Una pri– mera serie está fechada en La Habana, en los días anteriores y posteriores al apresamiento de Jaca y Moirans en el Convento de san Juan de Dios 278 . Otra correspondencia, de mucha mayor envergadura y fechada a lo largo de varios años, es aquella dirigida a la Congregación de Propaganda Pide y al Santo Ofi– cio279. Jaca se ocupa de sintetizar y reorganizar todo lo que había ya formulado en el manuscrito dirigido al monarca y sobre lo que vuelve en diversas ocasio– nes al comprobar que no ha consegu1do los resultados deseados. 5. Conclusiones l. Francisco José de Jaca sigue siendo un gran ignorado, del que además se conocen muy pocos datos biográficos seguros, organizándose éstos en torno a casi tres lustros de su azarosa vida. El descubrimiento de nuevos documentos ha aquilatado un poco esos breves retazos biográ– ficos, la documentación hallada en el Archivo Secreto Vaticano ha per– mitido asegurar que, en el año 1689 Francisco José de Jaca todavía estaba vivo, frente a las posturas de otros autores que databan su muerte en Daroca en el año 1686 y 1689. 2. El misionero capuchino es un hombre movido por el Evangelio, que nace y vive para la causa del hombre. Esta dedicación singular está determinada por su formación que marca irremediablemente su obrar y, por lo mismo, también su futuro. El espíritu y pensamiento francis– cano, desde el talante propio de los capuchinos, tiene en él un signifi– cativo representante, que hace especialmente patente en su momento histórico el carisma propio del Poverello de Asís. Por otra parte, el ministerio particular no está únicamente en función de unas ideas pre– concebidas, sino que está al servicio de la Iglesia, aun asumiendo el riesgo y sacrificio personal que implica. 3. Por lo anteriormente afirmado, podemos sostener sin ningún tipo de dudas que el capuchino tiene una clara autonomía de pensamiento, de lo que podían ser otras posturas mantenidas por religiosos o colectivos 277 Cf. J.T. LóPEZ GARC!A, Dos defensores..., p. 48. 278 Cf. Apéndice, docs. 8. 10-11. 279 Cf. !bid., docs. 21. 30. 115. 162.

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