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Propuesta teológico liberadora de Francisco José deJaca... 23 simplemente de una parada técnica puesto que se hace referencia a una obe– diencia por la que el prefecto de Cumaná lo envía a España. Él dice simple– mente haber llegado a La Habana procedente de Cartagena de Indias 34 • 1.3. La llegada a La Habana Cuando en julio de 1681, Francisco José de Jaca llega al puerto de La Habana para retornar a España parece como si su paso por aquella isla fuera a quedar en un detalle sin importancia para los anales de la joven ciudad, por el contrario, lo que debía ser una breve e insignificante estancia se convirtió en un acontecimiento singular y sin parangón con los que se habían vivido hasta aquel momento en aquellas lejanas tierras 35 , Su arribo a aquel puerto, no deja de ser uno más entre los de tantos misio– neros que llegaban como consecuencia de las rutas marítimo-comerciales que comunicaban las provincias de ultramar con la península, teniendo en esta ciu– dad el punto principal de enlace 36 • Su llegada en julio de 1681 al puerto de La Habana no ofrece dudas. Así lo atestigua el vicario general, don Francisco de Soto Longo: "Por Julio del año passaco de oc;:henta y uno llegaron a este puerto algunas embarcasiones de Cartajena y Caracas en que vinieron embarcados diferentes religiosos capuchinos para passar a los reynos de Castilla en la flota de Nueba España del cargo de don Gaspar de Velasco, y entre ellos fray Francisco Xaca de Aragón" 37 . El dato queda también confirmado de puño y letra de Francisco José con la minuta de una carta dirigida al Consejo de Indias desde La Habana. En ella refiere la necesidad de buscar el remedio oportuno a tantas y tan graves injus– ticias cometidas 38 • Como en toda la basta diócesis de Santiago de Cuba no había ningún con– vento de capuchinos, ni posibilidad de que lo tuvieran 39 , fue acogido en el de 34 "De la ciudad de La Habana de las Indias a donde llegué desde Cartagena": Apéndice, doc. 6, f. lr. 35 Por dificultades evidentes, nos ha sido imposible acceder a las crónicas de la ciudad de La Habana donde, con bastante lógica, aparecerá reseñada la presencia de Francisco José de Jaca en la plaza. Si su pre– dicación provocó el revuelo que se dice en el Testimonio de Autos, el asunto tuvo que quedar reseñado en los anales de la joven villa de españoles. Habrá que esperar a un nuevo contexto socio-político para confirmar esta teoría. Al mismo tiempo, no podemos olvidar las afirmaciones sostenidas por el provisor cuando refiere que esta doctrina les había hecho temer alguna sublevación. Cf. Apéndice, docs. 15-17. 36 Para el tema de las rutas marítimas y las flotas que las realizaban, puede verse: M. FRANCIS LANG, Las flotas de la Nueva España (1630-1710): despacho, azogue, comercio, Sevilla-Bogotá 1998. 37 Apéndice, doc. 15, f.lr . 38 Cf. Apéndice, doc. 6. No se tiene certeza de que llegara a enviar dicho billete ya que se trata de una minuta que aparece llena de otras anotaciones. Ni en el AG/ ni en el AGS aparece el original. 39 Es preciso hacer notar a este respecto que los capuchinos no poseían ningún convento en las Indias porque así había quedado dispuesto por la Corona y el Consejo de Indias al llegar al acuerdo para que éstos pudiesen pasar a misionar en América. Cf. BUENAVENTURA DE CARROCERA, El Consejo de Indias y las misio-

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