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22 Miguel Anxo Pena González los esclavos, especialmente negros. Teniendo esto presente, lo ocurrido en La Habana no será un hecho aislado y sin precedentes; por el contrario se trataba del culmen de unas intuiciones confirmadas y predicadas de manera progre– siva. Su postura, lejos de ser improvisada, se había ido fraguando durante al menos tres largos años 31 • Con todo, en su regreso a España puede estar presente también el hecho de que Jaca iba destinado a la misión del Darién con obe– diencia expresa de que no pudiendo pasar a ella, debería retornar a su provin– cia. Así aparece en el Testimonio de Autos, cuando se refieren las patentes per– tenecientes al capuchino 32 • Del Testimonio de Autos se deduce que el capuchino aragonés fue reco– rriendo las rutas negreras, posiblemente con la intención de conocer con más detalle todo el mundo de la trata. Quizás sea éste el motivo de su paso por Cumaná, que nos refiere don Gerónimo de Padilla Guardiola y Guzmán afir– mando que Jaca se encontraba en julio de 1681 en dicha plaza: "Y que aviendo llegado a esta giudad hallaron en ella al padre fr. Frangisco Joseph de Jaca de Aragón, uno de los dos capuchinos religiosos que se contienen en la dicha querella, que abía venido del puerto y 9iudad de Cartajena en un navío del permisso de la conduzión de negros, y que aviéndole visto y cono9ido el dicho padre fr. Lorenso de Taguenca le oyó de9ir diferentes vezes este testigo, que el dicho padre fr. Fran~isco Joseph tenía obedienzia de su comissario gene– ral para que el perfecto [sic] de dicha provin9ia de Cumaná le imbiase a España" 33 . Los datos aportados por el testigo parecen ser ciertos ya que describe con exactitud cuáles habían sido sus pasos anteriores. El mismo hecho ratifica la hipótesis de que Jaca ya hubiese predicado con anterioridad y esto hubiese cre– ado cierto malestar. Queda abierta la pregunta de porqué Jaca no menciona nunca su paso por Cumaná, podría haberse tratado de una experiencia muy negativa, o quizás más exactamente, que dicha estancia no aportó nada nuevo a todo lo que había ya recopilado acerca de la esclavitud. No parece tratarse 31 Este período de tiempo abarca desde su llegada a Caracas hasta el envío de la carta a Carlos II, el 2 de junio de 1681. 32 Sobre el proceso llevado a cabo en La Habana es preciso hacer notar que contarnos con una copia del Testimonio de Autos, que se encuentra en el Archivo General de Indias, Audiencia de Santo Domingo, leg. 527, ff. 7-64 y que aparece transcrito de manera íntegra en el Apéndice, doc. 13, así como una segunda copia abreviada, traducida al italiano. Esta síntesis se encuentra en el Archivo de Propaganda Pide. Se trata de una copia hecha a partir de la que el vicario general de La Habana remitió al Provincial de los capuchi– nos de Andalucía y éste, a su vez, envió al nuncio Millini, para que la hiciese llegar a Roma. Esta copia se encuentra en el Apéndice, doc. 63. En adelante, utilizaremos ambas indistintamente. Al mismo tiempo, es preciso hacer notar cómo el proceso original se tiene que encontrar en el Archivo Eclesiástico de La Habana. Igual que debe existir también un proceso civil. Así aparece referido en Testimonio de Autos: "Y siendo como es estta caussa, no sólo del jusgado ecclesiástico sino también del secular por las leyes reales recopiladas, que su Magestad ttiene expedidas": Apéndice, doc. 13, f. 40r. Las dificultades para poder acceder a las mis– mas han sido considerables._Acerca de las patentes, cf. Apéndice, doc. 13, f. 55v. 33 /bid., f. 31v.
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