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más personal, que estaría representado por la dirección espi– ritual y la educación reglada, se puede llegar a un resultado más eficaz. Así afirma María Dolores Rincón: «La jJreocujJación sobre el terna de la predicación de Juan de Ávila respondía a su vocación catequética y pedagógica. De ahí que, en el contexto de Baeza, resulte imprescindible relacionar la didáctica con la oratoria, y el sermón con el catecismo. Se concebía la formación del cristiano a través de la enseñanza de la doctrina por rnedio del catecismo, o la exjJlicación de la fü·critura por rnedio del sermón. El uso de arnbos instrumentos contaba con precedentes inmediatos en un contexto cultural y reli– gioso afanado en la conversión de judíos y moriscos» 188 • Entiende que la lengua ha de estar al servicio de la didác– tica y de un proyecto pastoral, que no se trata de repetir per– manentemente en lugares diversos, sino que necesariamente ha de orientarse a un lugar y personas concretas. De esta manera, valiéndose de lo que había sido su Í<)rmación, pero también de la carga tradicional judeoconversa, opta por un medio sencillo que pueda ser válido para todos, aunque apa– rentemente él pueda ser tenido en menor consideración -al menos en un comienzo- por los teólogos de su tiempo. Como ha puesto de manifiesto Herrero Salgado, era fre– cuente que los predicadores más sobresalientes de la época proviniesen del mundo académico, entendiéndose la predica– ción como un premio o rursus honorurn 189 • Por lo mismo, era lógico que el Maestro Ávila marcase la diferencia de este tipo de predicación caracterizada por la retórica, poniendo todo el acento en el amor de Dios que era guía segura para alcan– zar su propósito 190 • La predicación no es algo, por tanto, que provenga de la propia opción personal, sino que refiere directamente a un 188 M. D. RINCÓN CONZÁLEZ, «Criterios de selección en la Universidad de Baeza: Huarte de SanJuan y los planteamientos avilistas», Elucidario l (2006) 136. 189 M. LÓPEZ-MuÑoz, «Predicación y catequesis», en M. D. Rincón González - R. Manchón Gómez, El Alaestro Juan de Avila (¿ 1500? -1569). Un exponente dPl humanismo refimnista, Madrid: FUE, 20H, 333. 190 FR. Lns DE GRANADA, Vida 1ifl PadTP Maestro]uan de Avila, I, 2, l. 129

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