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humanistas. Una propuesta de corte sintético, que seleccio– naba los elementos más adecuados en cada momento, con vistas a promover la educación del pueblo cristiano. No se trata de proyectar en Cristo un modelo ético, como se pro– ponía desde otras propuestas contemporáneas como la de Erasmo, sino que el acento estaba puesto directamente sobre el Señor, por lo que la respuesta más coherente era vivir desde la entrega y fe en el mismo Cristo, lo que suponía tener muy presente el seguimiento del Señor1 69 • A este ideal responde el hecho de que, en la cárcel de Sevilla, se dedicase a prepa– rar una traducción y adaptación al romance de la Imitación de Cristo, que proponía el modelo paulino, de conformación con Cristo. A ese Cristo se ha de escuchar y seguir, por lo que la predicación es un medio oportunísimo para hacer compren– sible el mensaje. Se trataba de actuar en unión con el amor de Cristo 170 • EL TRABAJO COMO CONCRECIÓN DE UNA SENSIBILIDAD EVANGELIZADORA El Maestro Ávila entiende el trabajo como una habilidad manual y un medio digno de vida 171 • Es un detalle relevante en una sociedad que vivía de las rentas o de las apariencias, cuando no de ambas. La evolución sufrida por la sociedad marcaba unos claros contrastes entre aquellos que podían ser considerados como provenientes de una tradición señorial castellana, y que preferían seguir careciendo de lo necesa– rio para ellos y los suyos, a asumir una serie de tareas que consideraban como serviles y, por lo mismo, no dignas para 169 El Comptemptus mundi nuevamente romanizado, se imprime en Sevilla en 1536. Tiene una doctrina muy clara, que está en perfecta continuidad con san Juan de Ávila: la preocupación por la Palabra de Dios, por la oración cris– tiana y la recepción frecuente de la comunión. Es un elemento configura– dor de su modelo pedagógico, que resultará así propio y original. 170 Cf. S. LóPEZ SANTIDRIÁN, «San Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia: "Doctrina eminente"», Burgense 53 (2013) 17-34. 171 En esta comprensión se intuye también la propia santificación personal de aquel que lo realiza, aunque Ávila no hace ninguna mención explícita de ello. 121

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