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de la experiencia de estos y otros autores. Su maestro Juan de Medina, por otra parte, estaba vinculado con la teología esco– lástica, pero mostraba especial sensibilidad hacia un hombre como imagen e hijo adoptivo de Dios, al cual era necesario ayudar y servir, para que viviera en su adecuada dignidad, abriéndose ya a una metodología teológica práctica, que acompañará a Ávila toda su vida, pero que aparece singular– mente expresado en el Audi, filia cuando afirma que «para lo mucho y para lo poco, vuestra confianza primera sea en nues– tro Señor; y la postrera, los medios que él os encaminare» 166 • De esta manera, bebiendo de esta fuente, el Maestro Ávila se presenta como un hombre que concede al estudio impor– tancia, pero que alimenta su fe de una fuerte contempla– ción, como crisol de todo aquello que va recibiendo de sus maestros. Se presenta como un hombre entusiasmado por las oportunidades de su momento histórico, así como por la bús– queda y la modernidad 1 67 • Esto no le impedirá desarrollar un criterio de selección propio, que le orienta a adherirse a una conducta recta, dejando al margen otras posibles, predicando y catequizando al pueblo con tesón y entrega. Alcalá le hace también tomar conciencia del riesgo de des– viaciones en las que puede caer el cristiano y, por ende, el misionero. Necesita, por tanto, asirse de una teología segura; que sea capaz de transmitir el mensaje cristiano con espon– taneidad y fuerza, pero sin menoscabo de las verdades cris– tianas fundamentales. El soporte a este juego de fuerzas lo encuentra en algo que sostendrá toda su vida: «seguir los caminos antiguos de la Iglesia católica» 168 • El apoyo o fundamento se encontraba en el rescate de una tradición eclesial descubierta y depurada de las corrientes 166 S.JuAN DE ÁvrLA, «Audi,filia [II, cap. 70]», en Obras compktas o.e. I, 687, §. 4. 167 En esta línea habría también que leer su preocupación por los inventos físi– cos. Acerca de este particular, cf. F. MÁRQUEZ Vru.ANUEVA, «Los inventos de San Juan de Ávila», en Homenaje al profesor Carriazo. III, Sevilla: Universidad de Sevilla, 1973, 173-184; Íd., «Misticismo y sociedad moderna (Sobre los inventos de San Juan de Ávila)», en F. Rrco (Dir.), Historia y Crítica de la Literatura Española. II/1: Siglos de Oro: Renacimiento, Barcelona: Crítica, s.a., 501-505; I. GüNZÁLEZ TASCÓN, «Los ingenios hidráulicos del Maestro Juan de Ávila», en El Maestro Ávila. Actas del Congreso Internacional. Madrid 27-30 noviembre 2000, Madrid; EDICE, 2002, 341-353. 168 Cf. S. JUAN DE ÁVILA, «Memorial segundo al Concilio de Trento (1561). Causas y remedios de las herejías», en Obras completas o.e. II, 610, §. 91. 120

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