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evidencia en él un proyecto general -que sería el de la predi– cación- y uno de corte más particular vinculado, de manera especial, a la dirección espiritual y a la educación, orientada hacia niños yjóvenes. Esa educación, basada en el contexto y lo cotidiano de cada uno, siempre orientada a lo práctico, de tal suerte que el proyecto no se quedara en algo teórico. «Y lo primero de esto sea que se entienda en la doc– trina de niños; porque los que en esa edad no son cate– quizados, según vemos por experiencia, muy mal y con mucho trabajo lo son después. Y téngase por cierto, pues lo vemos con los ojos, que los medios que ahora se toman para adoctrinar esta edad no son bastantes para lo que han menester así en la fe como en las costumbres. . . Los padres, unos por estar ocupados, otros por hacérseles cosa pesada enseñar a sus h&"os, hay grandísima copia de gente muy mal adoctrinada, y ha mucho peligro. Por lo cual conviene que el negocio se tome muy a pechos y se tenga por oficio público, y se tenga cuenta no solo que sepan la doctrina cristiana de coro, mas de que la pongan en obra, pues va mucho en que en esta edad se acostumbren a ser virtuosos y sepan bien confesarse» 150 • Intervendrá significativamente en diversos procesos de con– versión y cambio de vida, como el del futuro san Francisco de Borja, que había llegado a Granada acompañando los restos de la emperatriz Isabel, esposa de Carlos V. Era otra manera de referirse, como antes apuntábamos, a esa instrucción parti– cular basada en el testimonio y donde estaba presente un pro– fundo resabio sapiencial. Juan de Ávila no convoca en torno a él proponiéndose como instructor y guía, sino que deja a los otros libres para que sean capaces de encontrar su propio lugar y elección. Así se entienden las palabras que el jesuita, P. Miguel de Torres dirige a san Ignacio, acerca del proyecto lle– vado adelante por él, «verdad es que el que el Maestro Ávila, por no haber tratado en hacer congregación de su gente, en algunas cosas tiene distinto juicio del nuestro ... » 151 • 150 Ibíd., 579-580, §. 54. 151 «Carta del P. Miguel de Torres a san Ignacio. Córdoba, 21-5-1554», en E,'pisto– lae mixtae ex variis Huropae locis. IV: 1554-1555, Matriti: MHSI, 1900, 194. 113

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