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época, donde se manifiesta una conciencia caritativa singu– lar, que abre a una misión universal, en la que el predicador y misionero no ha de ponerse más fronteras que las que le marca la propia fe. Por lo mismo, en uno de sus sermones, preguntándose quién es su prójimo, llegará a afirmar: «De donde se sigue que el moro, el judío, el hereje, el alarbe es nuestro prójimo; porque le podemos hacer bien y él a nosotros y porque puede convertirse y gozar de Dios con nosotros» 148 • El Maestro Ávila estaba convencido de que la educación era un medio adecuado y oportuno para expresar y compar– tir la fe. Precisamente, partiendo del modelo de Alcalá en el que se había formado, no se trataba solo de encontrar maes– tros y docentes que estuvieran intelectualmente preparados, sino que requería que gozaran también de un estilo propio y evangélico; que sintieran aquello como un ministerio, como un verdadero envío. Lo importante será siempre el fin que se ha de alcanzar. Precisamente por ello, en diversos momen– tos, dejará caer, con gran sutileza, expresiones que denotan su sentido más profundo: «porque requiere esta lección otro diferente modo, y espíritu, y pericia de la que pide la teología escolástica» 149 pero, se intuye que, según su criterio tampoco lo eran para la docencia si en la misma no eran capaces de intuir un proyecto misionero apostólico. Entendía que era preciso educar desde lo cotidiano, mirando a lo práctico, para que la propuesta pudiera fraguar. Si el proyecto tenía su fundamento en lo que él había vivido en las aulas de Alcalá, ahora era él quien lo modelaba y confi– guraba, a partir de sus propias intuiciones: entre ellas estaba la incorporación de la doctrina cristiana a todo el proceso de aprendizaje, mediante la técnica mnemotécnica del canto y la rima. Una pedagogía que aparece sustentada en lo positivo y creativo de cada uno, lo que nos habla de un proyecto per– sonalizado y atento a los propios interlocutores. Este detalle 148 S. JUAN DE ÁvnA, «Sermón 22. Domingo 12 después de Pentecostés», en Id., Obras compktas. III: Sermones, F. Hernández Martín - L. Sala Balust (eds.), Madrid: BAC, 2015, 269, §. 13. 149 Íd., «Causas y remedios de las herejías», en Obras completas o.e., II, 591, §. 67. 112

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