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78 • LA ESCUELA DE SALAMANCA EN EL PROCESO DE LAS INDEPENDENCIAS AMERICANAS que las sustentaba, se iba desplegando en un sinfín de acontecimientos que se sucedenenesas décadas. En este sentido, los independentistas contaban con, aportaciones conc1'etas que atacaban, desde: planteamientos clásicos; las:posturas absolútistas.. En cierta medida, se, trataba .de una recuperación del pensamiento propio. 5 Así nos encontramos el caso de Francisco Suá– rez, tantas veces citado; que defiende que la, soberanía radica en el pueblo, doctrina que sistematiza contraJacobo I de.Inglaterra; teoría que, además, es aceptada por todos los grandes pensadores de la Escuela: teológico+1rídica española. Para el jesuita no había parangón entre la actitud del monarca inglés y la mantenida por los Austrias, ya que éstos eran venerados por su pueblo. 6 Se decía que esta dinastía siempre había defendido dos núcleos de intereses, considerados como fundamenta– les: la cristiandad católica y España. 7 · ·Al mismo tiempo, están.presentes dos grupos sociales e ideológicos, que responden de manera diversa al acontecimiento revolucionario. El primero de ellos es el "despotismo ilustrado", que tenía en Bossuetuna de ·sus fuentes de inspiración más genuinas, aun teniendo en cuenta que dicho autor no es ilustrado, y que proponíaJa secularización del derecho divino .de los reyes. De esta manera, la sociedad quedaba di– vidida en grandes bloques antagónicos, en los que los peninsulares especialmente tenían oportunidades de medrar en la estructura jerár- 5 Respecto a la gestación de este proceso, cf H ..Pie.tschman, "Náción•e individuo en los de-, bates políticos de la época preindependiente en el imperio español (1767-1812)", en I. Alvarez Cuartero-J. Sánchez Gómez (eds.), Visiones y revisiones de la independencia americana. III. Colp– quio Internacional de Historia de Améri~á: "LdindeperÍde~cia deAméri~ci", Salcimdnca, riohe,.,;bre de 2001, Salamanca, Ediciones Universidad de-Salamanca, 2003, pp. 4-88. 1 Es predso insistir en lan;i~.ntalidad diversa que justifica el absolutismo de Luis XIV (1638-l'Zl5) frente al pensami,ento hispápi.~o, ·que sólo en el siglo xvm ·se dejó arrastrar p~r ·.la mentalidad· francesa. Ésta qÚerí¡'jú~tificar el absolutismo por hallarlo fundado eh el derecho divino de los reyes. El rey, por la grada de Dios, recibía directamente de·Dios su poder. De aquí se deducía que era absurda cualquier in.t.ervención del pueblo en la ostentación y en el uso del supremo poder político, concentrado en la persona sacra del rey. Si esta mentalidad fue praxis política en Luis XIV, tuvo un ilustre teórico en el .obispo de Meaux: Bossuet, que se sustentaba en el protestantismo, y por tanto en los escritos de Lutero y Calvino, fundamentalmente y, al mismo tiempo, en Jacobo I de Inglaterra. 1 Cf E. Rivera de Ventosa, "El agustinismo político en·Suárez", en.Cuadernos Salmantinos de Filosofía; 7 (1980) pp. '107-120; LVilloro, La revolución de independencia, México, UNAM, 1953; Id., "Las corrientes ideológicas de.la Independencia': en AA.VV ., Estudios de Historia de la Filo– sofía en México, México, UNAM, 1980,pp.171-172.

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