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M!GUEL-ANXO PENA GONZÁLEZ • 1-13 bras de Villoro--,- que la declaración de los derechos del hombre, que habían tenido un momento singular en la proclamación por parte de los Estados Unidos de América y, posteriormente, por la Asamblea Nacional de Francia, tenía un fuerte sustrato y soporte ideológico, en los principios y bases asentadas por los autores clásicos hispánicos, aquende y allende los mares, algo que había identificado claramente fray Servando, y que no tenía otra solución que la insurgencia. 84 Morelos será, sin lugar a dudas, la figura por antonomasia que en– carne a este clero entre lo político y lo caritativo. Sus escritos fueron producidos al tiempo que mandaba a su ejército, por lo que no se trata del análisis de un experto capaz de distanciarse personalmente de las cuestiones que trata. La manera como aparece definido nos resulta sumamente suger~nte, vincula distintos niveles de comprensión y sensibilidad: Pacifista por naturaleza y por vocación cristiana, Morelos fue guerrero por destino. Combatió al frente del Ejército de Redención que Dios co– mandaba, María de Guadalupe protegía y él organizó admirablemente. El P. José María Morelos no fue original al proponer las que eran tradiciornµes conclusiones teológicas y políticas que estaban vigentes en su tiempo, las existía un pacto entre la nación y el soberano, que no podía ser roto unilateralmente. Cf "Votos sobre la proposición presentada por Villaurrutia; en G. García, Documentos históricos mexicanos, t. u, doc. 46. Por su parte, Teresa de Mier entendía que el pacto de Valladolid, de 1550, en que se habían elaborado las bases jurídicas de los nuevos reinos, era la base de la Constitución america– na, por lo que él lo denomina de esta manera.Tomemos, a modo de ejemplo, un testimonio suyo sobre la ansiada libertad: "Los que están acostumbrados al silencio que reina en las monarquías, al derredor de la tumba de la libertad, se escandalizan de la magnitud y divisiones que hay en una República, especialmente al principio, cuando se están zanjando sus cimientos. Estos son los síntomas de la libertad naciente, en lucha con los humores de la esclavitud que están haciendo crisis. Intenta andar libremente el que estaba ceñido con las fajas de la infancia y se dará mil golpes, hasta que con el ejercicio se robustezca y la experiencia le enseñe las distancias y los riesgos. Tropieza igualmente el que acaba de soltar inveteradas cadenas. Las inquietudes poste– riores son efecto de la misma libertad". S. Teresa de Mier, Memoria. Un fraile mexicano desterrado en Europa, Madrid, Trama editorial, 2006, p. 309. 84 Cf L. Villoro, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., p. 59; S. Teresa de Mier, Memorias. Un fraile mexicano desterrado en Europa, p. 239. Acerca de los insurgentes, cf E. van Young, La otra rebelión. La lucha por la independencia de México, 1810- 1821, México, FCE,2006. ,

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