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MIGUEL-ANXO PENA GONZÁLEZ • 105 No deja de ser llamativo que los calificadores sean dos dominicos, que habían vuelto a ocupar cierta preponderancia política con el ex– trañamiento ·jesuítico. Como es lógico, hace un ataque furibundo a las ideas ilustradas, así como a los autores más significativos. Pero, al mismo tiempo, siguen considerando como obra espuria de Bartolomé de Las Casas, su Brevísima relación de la destrucción de las Indias. No cabe duda que, dicha obra, no correspondía con los intereses regalistas defendidos por los dominicos de aquel momento. Para ellos, las opiniones de personajes de Solórzano Pereira o Francisco de Vitoria prueban como todo lo afirmado por Viscardo es fraudulento;lo que también intentan justificar con el recurso a la teo– logía segura, identificada lógicamente con la figura de Melchor Cano. Y, por si quedara alguna duda, se vuelve a atacar el probabilismo, que ellos consideran "tiene un grande imperio en los discípulos de los jesuitas':ss Con estas motivaciones, lógicamente, la Carta, a tenor de los dos dominicos era prohibida in totum. 56 El proyecto de Bolívar Nadie discute la vigencia en Francisco Miranda, adelantado del movi– miento independentista, en el ideario del liberalismo, que asimiló en sus estancias por Europa y Estados Unidos. Tampoco se puede negar su influjo en Simón Bolívar, agente máximo en la lucha por la Inde– pendencia. Pero hoy se habla de evolución en Bolívar y hasta se afirma que en el gran discurso de Angostura ante el Congreso venezolano, el 15 de febrero de 1819, transpira ideología suareciana, 57 aunque otros autores siguen afirmando que el centro de Caracas, con sus dos próce– res, Miranda y Bolívar, vive con prevalencia las ideas venidas de Francia y Estados Unidos, más que las tradicionales hispánicas. 58 SS !bid., p. 113. 56 Cf. ibid., p. 114, 57 Cf. L. Pereña, Teoría de la guerra en Francisco Suárez, Madrid, cs1c, 1954, p. 61. 58 Cf. J. Lynch, "La Iglesia y la independencia hispanoamericana", en P. Borges (dir.), Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas. I. Aspectos generales, Madrid, BAC, 1992, pp. 818-822, No se pueden tampoco descuidar otras influencias que simplemente apun– tamos, entre la que .sobresale también los agustinos. F. Campo del Pozo, "Los agustinos y la in– dependencia de la Gran Colombia'; en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 55 (1972) pp. 624-640.

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