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104 • LA ESCUELA DE SALAMANCA EN EL PROCESO DE LAS INDEPENDENCIAS AMERICANAS ...que toda ley que se opone al bien universal de aquellas, para quienes está hecha, es un acto de tiranía; y que el exigir su observancia es forzar a la esclavitud; que una ley que se dirigiese a destruir directamente las bases de la prosperidad de un pueblo sería una monstruosidad, superior a toda expresión, es evidente también que un pueblo a quien se despojase de la libertad personal, y de la disposición de sus bienes, cuando todas las otras naciones, en iguales circunstancias, ponen su más grande interés en ex– tenderla, se hallaría en un estado de esclavitud, mayor que el que puede imponer un enemigo en la embriaguez de la victoria. 53 El texto claramente nos está recordando las tesis defendidas por los jesuitas Suárez y Mariana, que él ha asimilado ardientemente y que ahora carga de un nuevo contenido, siendo un magnífico golpe de efecto para atacar a sus adversarios. Pero si la Carta resulta especialmente sugerente, no lo es menos el dictamen de la Inquisición Mexicana (11 de septiembre de 1810). Aparecen con claridad algunos detalles que antes hemos referido, el primero de. ellos es· la dependencia jesuítica, que los calificadores en– cargados de la censura expresan en los siguientes términos: Apenas sería creíble, si no lo palpásemos, el que después de tantos años de la expulsión de jesuitas, dure aún tanto la memoria de éstos;y que México se halle tan infamado en esta_materia que no .duda creer originarse los males actuales de la Europa por castigos de aquella expatriación... es so– bradamente cierto el fanatismo de muchos mexicanos en punto de jesui– tas; de continuo se les tributan alabanzas públicas, y esto a ciencia y paciencia de gobierno, como si no estuviese prohibido. 54 53 J.P. Viscardo, Carta dirigida a los españoles americanos, pp. 74-75. 54 "La Inquisición mexicana condena la carta de Viscardo y Guzmán en 1810'; en J.P.Viscardo y Guzmán, Carta dirigida a los españoles americanos por uno de sus compatriotas, Apéndice II, p. 110. Acerca de este particular, afirmaba hace algunos años Miquel B.atllori: "¿ Yla expulsión de los jesuitas? Fue un preludio de la abolición de la Inquisición, que ponía freno a la libertad de pen– samiento, condición indispensable para una verdadera emancipación; o bien: tan populares eran los jesuitas en América, como misioneros y como educadores, que tal acto de violencia contra ellos distanció cada vez más a los indígenas y a los criollos de las autoridades que representaban a un rey tan tiránico e inhumano; o, finalmente: la disciplina que los·jesuitas imponían en sus misiones y en sus colegios era un vínculo que estrechaba las relaciones con la autoridad como tal, por eso su expulsión relajó esos lazos y dio paso a la rebelión y a la indenpendencia:' M. Batllori, El abate Viscardo, op. cit., p. 138. •
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