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98 • LA ESCUELA DE SALAMANCA EN EL PROCESO DE LAS INDEPENDENCIAS AMERICANAS concreto americano.Así se explican sermones como los del sacerdote de Guandacol, José Francisco Echenique, cuyo ejemplo recoge Stoetzer, que sin ambages afirmará que el poder de los reyes estaba subordinado al de los pueblos. El gobernador, asustado ante tal afirmación en aquel momento de feroz absolutismo, recurrirá al cabildo eclesiástico, con'la intención de frenar aquellas ideas y dar una explicación lógica al he– cho. El presidente del cabildo le responderá en los siguientes términos: "...en la universidad se han enseñado las mismas doctrinas, y aun.otras mucho más eversivas de la potestad de los reyes, como era que las leyes reciben su fuerza, no de la autoridad de los reyes, sino de la aceptación de los pueblos.. '.' 38 Si vemos, v.gr . la conciencia que se tenía de los conceptos de nación e individuo, vemos que tiene una evolución propia, en la que no apa– rece sólo la idea defendida por la Revolución francesa, sino también y muy fuertemente arraigada, por lo que no parece tan significativa, lo que ellos habían vivido como algo normal, procedente de su propia historia. Como se puede ver, el tema es sumamente complicado, a la vez que apasionante. Esperemos que sea estudiado con rigor y profundidad en los próximos años. A este respecto, extractamos un párrafo de Juan Carlos Garavaglia, encargado de hacer la síntesis de una mesa redonda, en un congreso sobre los liberalismos en la Universidad de Salamanca donde, relacionando el liberalismo español y los americanos, de la in– tervención de Roberto Breña, afirma: La diversidad de referentes doctrinales a los que, tanto los liberales penin– sulares como los americanos, acudieron en su intento por justificar teóri– camente los cambios que pretendían llevar a cabo. En un texto sobre este tema, José Andrés-Gallego, después de referirse al carácter falaz de la antítesis "Suárez o Rosseau" para aproximarse a la Ilustración americana o a las raíces teóricas del independentismo americano, concluye lo si– guiente: en las Cortes de Cádiz, y en los representantes españoles tanto como en los americanos, la dualidad de influencias volvió a manifestarse con claridad; hubo, sí, realistas como hubo liberales, pero en los más aparecían conceptos de uno y otro tenor y, frecuentemente, palabras de 38 Tomado de: O.C. Stoetzer, El pensamiento político en la América española...,op. cit., p. 76.

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