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94 • LA ESCUELA DE SALAMANCA EN EL PROCESO DE LAS INDEPENDENCIAS AMERICANAS La motivación del proceso Tanto en el proceso de Independencia, como en el de configuración de los países hispanoamericanos nos encontramos que se recurre a una argumentación clásica, buscando la continuidad con épocas anterio– res, al tiempo que éstas se ponen en relación directa con el proceder concreto de los conquistadores, extrayendo de las mismas las causas que llevaron a la independencia y que dan sentido a todo el proceso. C::on todo, no podemos olvidar que estos grupos de pensamiento eran una minoría dentro de la casta más privilegiada. 30 Salvador de Madariaga utilizó la expresión ya clásica de "resaca de la conquista'? para explicar todo el proceso en su conjunto, enten– diendo que fue una fuerte convulsión que inundó muchos pueblos y grandes naciones americanas. La razón profunda la encontraba en la agitación que había producido el proceso de la Conquista en los natu– rales y sus pueblos. Es indudable que éstos se vieron obligados a aceptar la conquista hispana como algo impuesto y, por lo mismo, no aceptado en su conjunto. No se trata ahora de valorar todo el proceso en su historia, sino de constatarla presencia en el mismo de un pensa– miento que ahora será utilizado con gran acierto, recurriendo a esos pequeños pueblos que permanecieron hostiles a todo el proceso .y que pretendían y luchaban por su propia independencia. El.auge y el ocaso del Imperio español en América, Madrid, Espasa-Calpe, 1979, pp. 595-596. Con todo, no dejaba también ·de ser cierto lo que afirmaba también hace algunas décadas el presti– gioso hispanista y jesuita Miquel Batllori: "Si no hubiera venido, desde fuera, la independencia de las colonias inglesas, la revolución de Francia y la invasión napoleónica en España, lo más probable es que los pueblos hispanoamericanos, antes de alcanzar su plena independencia, hubieran desarrollado un regionalismo cultural... para crear una cultura diferencial, base de su definitiva autonomía'. M. Batllori, La cultura hispano-italiana de los jesuitas expulsos. Españoles– Hispanoamericanos-Filipinos, 1767-1814, Madrid, Gredas, 1966, p. 578. 30 Así lo hace notar Frien: "Sólo una minoría dentro de la clase superior fue más que refor– mista, es decir: revolucionaria, influida por la filosofía re.volucionaria de la Ilustración, por ejemplo Francisco Miranda, Simón Bolívar, Antonio Nariño (el rico jurista criollo de Santa Fe de Bogotá que en 1794 imprimió en su propia imprenta una traducción de los derechos humanos), Francisco Javier Espejo (el médico mestizo· de Quito que empezó criticando los defectos de la economía quiteña y acabó criticando el propio sistema político colonial) o Manuel Belgrano y Mariano Moreno, en Río de la Plata'. H.J. Frien, La historia del cristianismo en América Latina, Salamanca, Sígueme, 1985, p. 354. " S. de Madariaga, op. cit., p. 460.

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