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P. Fernando de Mendoza 39 NOTAS (1) Véase Apéndice 1, pag. 269. Don Pedro Madrazo, en su obra conocida Na- varra y Logroño, tomo III, pág. 53, la llama Elgacena. (2) Tom. 2. 0 , pág. 35. (3) T. 268, fol. 77. (4) C. 91, 37. La llaga de la pierna dió mucho quehacer al rey Noble, sin que pudiesen curarla sus médicos judíos. Lo hizo Pedro de Avila, cirujoano del rey de Cas– tilla. Por esta razón de la pierna, la caza no estaba siempre a su alcance, y pudieron vivir más a sus anchas jabalíes, corzos y perdices. Se castigaba la caza no autorizada. Además del ajedrez, parece que otros entretenimientos llamaban su atención: los dados, las justas en ocasiones solemnes, las regiatas en el río, con sus hijas, cuando se hallaba en Tudela. Mas no parece que se interesara por la pelota, ya que no lee– mos que asistiera en Pamploma desde la tribuna del claustro de los dominicos al viejo juego tan del agrado de alguno de los reyes sus antecesores, ni lo instalase en Olite o Tafalla. Si sus juglares le .divertían poco o mucho no es fácil saberlo; pero no es de suponer que los tuviera tan sólo por seguir la, mod,a de otras cortes. Y parece que no le disgustaban los toros. En abril .de 1387 hizo venir de Zaragoza tres «mata– toros» que lucieran sus habilidades. Con ganado de Tudela, alguna de ellsas al menos, se celebraron varias· corridas el 88, con ocasión del paso de la éondesa de Lenca1;1tre y de la boda de urua hija de Remiro de Arellano. Los precursores en la Navarra de este tiempo de Pepe-illo y Guerrita se llamaban Juan Alcait, Juan de Zaragoza, Gil de Ubeda, Guillén y Juan le Gris. Tendría gracia que alguno de ellos fuese francés. Pero l,a tiene que la reina, que hizo fiesta el 1410 en obsequio a San Francisco en Olite, diese corrida, y desde la casa de Juan de Monreal estuviese mirando «los bueyes». (5) T. 48, fol. 243. (6) Tierry Darle era en 1397 relojero del Duque de Berry. El Duquqe envio con él, como obsequio a don Carlos, un reloj que debió de agradarle, y don Carlos grati– ficó al relojero con diez francos. Poco después le hizo venir desde París y le enc,argó otro para la cámara real. De Tierry era también el gran reloj. que el de Arlés trabajó día y noche y se colocó en una de las torres de. Olite, y que supongo era el mismo pana quien el maestro' campanero Domenge construyó una campana nueva de un quintal. T'ierry se casó con una hija de Diego García de Maquirriáin, vecino de Dlite. Trabajó igualmente GOmo plomero en las obras reales. Ignoro el año de su ·muerte. También para los relojeros cant.a el cuco del reloj la última hora. Acaso para este. tiempo habría ya muerto otro maestro relojero que en 1390 hizo en P.amplona para.)a cám.ara del rey un reloj que le valió 160 florines. Se llamaba .Juan Paneguin, ·y se le .debían•ª pTincipios de este ·año 50 florines, por «un reloje a muchas campanetas que. eill nos ha fecho por cantar las horas». En 'l'udel,a había por estos años otro relojero y CerIVajero, Georget, «dicto el Prior». No sabía escribir, y no verán ustedes en ello nada de particular, el torero de principios del siglo XIV ,Juan .de Santander. ,. (7) La bula de Alejandro IV sobre estudios en Tudela puede verse en Arigita, Colección, III, pág. 273. ' (8) El que quiera noticias sobre estos caminos puede ver Altadill, Vías y ves– tigios romanos ,en Navarra. San Sebastián, 1923. Algunos datos de este estudio· están sujetos a una depurada revisión. (9) T. 30, fol. 149. (10) T. 268, fol. 10. (11) Incidentalmente hablé en otra ocas10n de l,a usura que llevaban los judíos de Navarra. Véase mi opúsulo Los Plateros de Carlos el Noble, pág. 32 y sigs. Escribo generalmente los nombres propios de los judíos como los hallo en lo,;; -documentos de la Cámara de Comptos. P. FERNANDO DE MENDOZA. - O. Mm. Cap.

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