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'\ \ P. 'Fernando de Mendoza 35 -------,-'---·--~---,-----,----------= nos, cabezales de lana y de lino con pluma, tela& de varias clases y prendas de vestir> como garnachas y pellotes de mujer, balan– dranes, capas, forros de cabrito, sarpilleras (sic), pieles cabru– nas y de conejo, toallas, camisas, «sayas de moret y cárdenas de ·judía», «estameña de hábito de judío», «sayas de narbones», «sá– banas de judía, de estameña», tabardos, ,capirotes, polainas, ca- · · pas, madejas crud.as y de seda, brial de púrpura, «capa de está– meña, de judío», que suelen tener cuando hacen oración, y sobre-, pelliz de estameña para lo mismo, manto de escarlata, tocas, ca– misa bordada, cofia de lino; pelliza, «camisaypuzcoana», «saya cárdena de hombre», un pello~e cárdeno, de 'Tornay para mujer, garnacha de .orange», garnacha sin mangas, una toca «astrosa»; una camisa «obrada» de hombre, cuatro sayas viejas de hombre, «saya de blan sin mangas»:, zamarra, «guarnacha de sarpillar de mujer», «toquillas chicas de hierro menudo», colchas, manteles, capillos, sombreros, tintero de latón, aguamanil de estaño, ar– marios, escudillas de estaño, navaja de adobar pergamino, mor"'. teros, clavos, cerraja, salero, gamellas, bancos, puertas,· venta– nas, encuadernaciones de tabla para libros, libros de judíos, pei– nes de tejer, herrámientas menudas, farolito, arqueta pintada, · -balanzas, sarda, segures, pico, «exadas·, exadón», escudillas de madera, cuchara de palo, morteros, tazas ·de tierra y de palo, «cartas» no de deudas, y otras cosas que no valían nient. Los de , Barbarin ni traían inventario, ni las cOsas que devolvían «valían ren», sayas d~ blan rotas a la france~a y sin mangas, pellote$ de hombre y de mujer ... En Estella, además de dinero se devolvieron cosas de plata y algún objeto de lujo, y, por mediación de un religioso, «toallas», tapices y una partida de libros de judíos. Encargados de depósito de bienes dé judíos eran el mazonero P. Ibáñez de Arróniz, cléri- gos, un notario y otros. · Pasadas las primeras impresiones de la matanza; Estella re– cobró el ritmo de su marcha. Y la aljama, un poco peor, la suya.' A los dos años los judíos de Estella y Funes estaban en cóndicio– nes de prestar al rey 1.600 libras. Las quejas contra los judíos continuaban. Así,. en 1335, los arrendatarios del peaje de ,Losarcos y de Bernedo manifes,taban que estaban tan entrampados con los acreedores judíos y· otros, qué con todas sus rentas no podrían pagar la mitad de las deudas.

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