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l P. Fernando de Mendoza. 27 tra. su religión y costumbres. Pero a los navarros no les bastaba esto. Veían que el judío vivía a su lado y se multiplicaba. Veían que manejaba el dinero, mientras ellos les eran siempre deudo– res, sin poder levantar cabeza. Veían el porvenir incierto, mien– tras ·el intruso compraba casas y viñas y redondeaba su fortuna. La alarma trajo la resistencia, y la reacción, y el choque. El más lerdo podía notar que el pueblo perdía paciencia y se preparaba· a la acción directa. Las circunstancias favorecían, además, cual– qgier intento, faltos los Gobernadores de autoridad y divididos los que podían influir sobre el pueblo. La muerte del rey Carlos el Calvo, lejos de Navarra, era ocasión propicia para todo. XIV. - PRECAUCIONES En Tudela. Así las cosas, fué en auxilio de los judíos ·de Tudela, por m~nd;~,to de los regidores, el noble don Pedro Sán– chez de Montagut o M.onteagudo, a quien acompañaban ~-,errant Pérez de Montagut; Ferrant García de Montagut, que era hijo de Fortunio Iñiguez; Juan Sánchez Zapata; otro Pedro Sánchez , de Montagut, hijo de García Pérez, y Pedro Seiz de Olleta. Por espacio de quince días ocuparon la judería, mas no el ·~astiHo; porque en él estaba, contra la voluntad del reino y de los regido– res, el que había sido gobernador de Navárra don Pedro 'Ramón de Rebastenx. Todo lo referente a la defensa de los judíos corría a cargo de Juan Martínez de Medrano, el joven. . 1 Ante la inquietud por la muerte del rey don Carlos y de los rumores que corrían de que se acercaban de las comarcas veci– nas nada menos que 20.000 hombres para apoderarse de la .jude– ría y matar a todos los judíos, de noche o de día, tomáronse nue– vas precauciones. Y por temor a los castellanos moraron en Cin- 'truénigo y Araciel 100 moros .ballesteros de Tudela. -· · Como en abril «se ·guisaua la cosa peor>>, b~jo la dirección del judío Ibrahim el Royo ·se construyó a toda prisa un muro junto· a la puerta del castillo y se llamó al maestro ingeniero, que se hallaba en Estella. Al fin Rebastenx desocupó el castillo el. 13 de mayo. Guardaban entonces las puertas 15 lanceros, 10 balles– teros y más de· un centenar de hombres a pie. Así hasta ·la coronación del rey en Pamplona. Poseían los judíos de Tudela, junto al castillo, varias casas _ •./ 1 '

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