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P. Fernando de Mendoza 17 el Ros y algún otro judío de Estella a quienes la curia condenó por fráude. Por la transgresión de los 60 días y a instancia de Esteban de Bordel, mercader de Morlans, fueron condenados en 335 1. dos judíos de Estella. Pero era raro entre los judíos de Navarra el suicidio. Se perseguían con cuidado la ocultación de bienes y extraer– los de Navarra. Por lo primero se impusieron a Juce Evasone, judío de Pamplona, 1.000 l. Se condenó en 1345 a varios de la fa– milia lY!edelín en 2.000 l. por sustracción y ocultación de bienes embargados a Anner Medelín. Por complicidad con ellos, etc., 1.000 a J uce Ezquerra, judío de Estella. Se impusieron también 1.000 a Salomón Embolat, judío de Los Arcos y menores cantida– des a otros. Varios complicados habían huído fuera del reino. A Soloru, mujer de Samuel Nahamán y al matrimonio Alfaquín y Hurna Queli, judíos de Olite, 300 escudos (el escudo valía 16 s.) porque en tiempo de la mortandad (la hubo por entonces) sacaron fuera del reino bi-en·es que eran del dicho Samuel, aunque no constaban en su padrón. Presos los ejecutores del viejo Ezmel · de Ablitas el joven, que fueron acusados de haber sustraído con otros y llevado fuera del reino unas 100.000 l. concertaron con la hacienda la devolución de 29.000 a plazos. Supongo que mien– tras estuvieron presos no tuvieron tan barato como Elvira de Allo el pan del rey. Cerremos esta enumeración que· corre sólo unos años, pero que basta para darnos alguna cuenta de cómo tomaban ciertos judfos los dictámenes de las leyes, divinas y humanas. IX.-. JORNALES Capilla de San Esteban.-Por orden del .rey comenzóse el 11 de Agosto de 1351 la construcción en la catedral de Pamplona de una capilla dedicada a San Esteban. Era director de la obra el maestro Fr. Ochoa «de la Orden de Roncesvalles» que ganaba como mazonero 2. sueldos. Los otros mazoneros que le ayudaban 20 dineros cada uno. Eran gentes del país, algunos ·de Castilla, y varios del Bearn. Había también dos braceros ingleses. La ma– yor parte de la piedra procedía de Guendulain, mas también se llevó de Unciti. La de Guendulain se pagó a 6 dineros la carretada, La que aprontó don Pedro OUoqui, que era hospitalero y maestro de la obra de la iglesia y tenía ya almacenada en Pamplona, 4
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