BCCCAP00000000000000000001254
~ ,, ,. '. <- :.-·' ,:, ,' ;-",_.'.c_·:·.•·:·,:·.Í)·_._:._::,.<.__/.-,;-,,·· .. •' , ])()CTRINJA. DEL NVEVO ~~'I'fi.M;ENTO Y DEil .roJ)~!SMQ'.CÍON':í\É~óR.Á~ , I ._, ' ' , , 'I bres. su misión (45). De .este. pecado se: diee~i1los fa,~~ Si11óptieós. 'que no obtendrá nunca perdiSn: palabras hiperbólica~, muy- própias del es\ilo póp1.1lar de Jesús, para declarar su gravedad: es nlás grave todavía .que la hl?,sfemia contra el Hijo del Hombre. Esta blasfemia que es muy grave será remisible; pero la que va contra el Espíritu Santo es tan grave que no se perdonará nunca..'Es claro que no,qlliso decir · que fuese irremisible en absoluto. El mismo dar,á potestad omnímoda a sus discípulos de atar y desatar en la tierra; El ,mismo en la cruz pedirá perdón a su Padre precisamente por. todos aquellos enemigos suyos. que así habían blasfemado. La llama irremisible hiperbólica– mente por la imposibilidad moral en que obstinadamente se coloca ~l tal blasfemo de llegar a· conocer la verdad mesiánica. En el v. 32 San Mateo seañade este inciso: "no •perdonara ni en esté siglo ni en el venidero'' (46). ¿ De esta alµsión a la irremisibilidad en el siglo venidero se puede deducir la creencia de Jesús y de sus oyentes en el perdón de otros pecados más allá de la muerte? Así lo . hacen algunos autores,• llegando; a decir que es una .afirmación•· implí~ cita de la existencia del purgatorio (Denzinger, núméros 167, 3.047) · {47). Se debe responder que no. La idea de purgatorio es desconocida en el año 30 de Cristo en los ambientes judíos, según hemos visto en la' segunda parte de este trabajo. Además se puede muy bien .tener fo <:Jn un perdón escatológico de pecados sin el conocimiento del 1 verdadero purgatorio. Con eso damos por supuesto que podían darse entre los oyentes de J.esús quienes conociesen .la sentencia luego sostenida por. Hillel sobre el perdón del último día concedido pol' .Dios a los media– nos; mucho más quie1;tes supiesen de las purificaciones ultraterrenas, eomo las del segundo ,libro de los Macabeos o de los apócrifos (1totas números 19 y 20); -y también la defendida por Shammai y colocada por él al final de los tiempos. (45)· Los rabinos entend!an por E~p!ritu Santo el espfritu de profec!a e ins– piración; y hablar contra iil Esp!ritu Santo era igual a hablar con insolencia 'l'ln contra de la Torá, pecado cónsiderado como imperdonable, es decir, .que hacia dignG de la gehenna por toda la eternidad, STRAcX-BILLERBECK, ,.Kommen- ta.r, I, pág. 637 s. . (46) Prescindimos aqu! de la cuestión sobre el alcance que tiene este siglo venidero; ¿empieza inmediatamente después de la muerte individual o se refiere al. tiempo que empezará después del juicio final? Cualqu¡era solueión es i'ndi~ ferente pa::-a nuestro. caso, , .. . . · (47) BOVER, J. M.,' EZ Evangelio de San Mateo (Biblioteca teológica del Bal– mesiana, vol. III), Barcelona, 1946. Lo, mismo más o menos afirman otros 'Como" KNABENBAUBI!, en Oursus Scrip,turae Sacrae, Oommentarius 'in Evang. secundum B. Matthaeum, pág. 494. FnEtY, J. B., La vie de l'au-de-Za, "B.iblica" 13 (1!}32), í48, MICHEL, A., Purgatoire, ''Dict. Theol. Cathol," 13 (1936), 1.170 s. [29J
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz