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castigo, parte .están JJ;:estinados para el JUICIO final: R,especto de fa denominación. de los hábítantes de~ultratumba, ya: no se habl.a de som– bras o reiaím; los· escritores judíos emplean generalmente el concepto · de espíritu d almá: acercándose a veces a la noción de> tricotomía o triple elemento de·composíción en el hombre (17). También a· los már– tires se les asigna una condición privilegiada : después de la muerte llegan a la presenbia de Dios (lo mismo que se éreía de algunos perso– najes eminentes dé la antigüedad, como Baruc, Enoc, Esdras, Elías...) y esperan allí su resurrección (18). Ahora bien, por ·lo que se refiere a la descripción de los \iempos mesiánico-escatológicos, aparece junto a la idra de todo bien, de toda paz de que gozan los justos, la supresión de •pecados y pecadores (19). Los justos que han de vivit en ei siglo futuro se dice que serán puri– ficap.os por Dios, Dios circuncidará su corazón; perdonará sus pecados y purificará los justos y la tierra (20). Estarán además en posesión de todas las virtudes :· verdad, justicia, paz, sabiduría y bondad. •. Ten– drán en medio de ellos al mismo Dios que les protegerá y mantendrá (21). Todos estos conceptos parten' de la idea fundamental de que en ·el reino escatológico (en el cielo) no habro impureza alguna'; es co~– cepto anterior al cristianismo y ya hemos tratado .de su aparición posterior en el Apocalipsis de San Juan (Apo. 21, 27). Conviene señalar .otro testimonio sobre la purificación en la ultra– tumba. Se encuentra en el Apocalipsis de Moisés. En el capítulo 32, 3 se describe cómo Moisés es lavad~ por un Serafín en el Aqueronte, antes de ser introducido en el tercer cielo; allí permanecerá hasta el día de la resurrección y del juicio final; mientras tanto su .cuerpo es sep1:1I- (17) · Asl por· ejemplo 4 Esd. 7, w' 11s. El espiritu se dirige a Dios después de la muerte, el alma al mundo ultra.terreno y el cuerpo se queda en la tierra. (18) Entre otros pueden citarse Enoc. 90, 3; 4 Esd. 7, 89; Jub. 23, 3(} s. (19) Hasta de. los imp!os se dice alguna vez· que "en él díq del juicio perecerán pa.ra 8iempre" (Salmos de Salomón 15, 13; cfr. tampién Jubil..•9, 15; 31!, 10). Puede discutirse si se trata de una terrible pena o un verdadero aniquilamiento. J.- BONSIRVEN, "Dict. de la Bible, Supp." Juda'isme,. col. 1269. Pero también ál mismo· tiempo se' habla en los apócrifos de pecados irremisibles. Test. de Isaías, 7, 1; Jubil. 30, 15 s. ; 33, 13; 2 Enoc. 60, 2 s. : 63, 4. (Citados por BONSIRs VEN, Le Judaisme Palestinien, II, 104, nota 4). Esa frase, lo mismo que su sinó– nima "pecados que privan del siglo venidero", tan conocida en la literatura ras blµica, quiere decir sencjllamente ·que ciertos pecados llevan irremisiblemente a la Q-ehenna eterna, no obtendrán perdón de la misericordia de Di9s. Tales se consideran. entre los rabinos los cometidos· con el pensamiento de convertirse, los .que inducen a otros a pecar, los repetidos con mucha frecuencia, etc... " ' (20) Véanse citas en J. BoNSIRVEN, Le Juda'isme Palestinien, I, pág. 523, · nota 1 y 5. En .algunos textos no se habla precisamente de perdón de pecados,– pero el contexto lo da por supuesto, al referirse a la. extinción ·de todos ellos. (21) Citas en EoNSIRVEN, Le Jud(f 'is.me Pale8tinien, I, págs. 523 s. [161

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