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mente. fero no ge encuentran t~sÜmonios en los B~ari.geliós. La'cree1~J\ _ cia en el valor de Íos sufrag\os tendría el mismo s~ntido que en tiempo de los Macabeos : Se referiría a los justos que estalian: en el .seno de. Abrahán y tendría por objeto hacerlos dignos de la resurrección fin:al, · ya que por sí mismos no podrían: en el ades valerse. En el texto de Mt. 12, 32 se encuentra. la frase tan interesante a nuestro propósito de que el ·pecado· contra el Espíritu Santo rio se perdonará ni en este mundo ni en el otro. Merece un estudio más. de– tallado y lo dejamos para más adelante. 2. - Escritos apostólicos. Documentos históricos de primer ord~n para el ·conocimiento doctrinal del primer siglo cristiano son los escri– tos apostólicos en la misma medida que los evangelios. Pero en ellos a diferencia de estos últimos se advierte un gran progreso doctrinal. Es que reflejan la revelación cristiana en toda su amplitud; cierto'que contienen todavía (ln germen algun~s v;erdades y que no todas las. con– clu~iones. que con·• el tiempo se han de sacar, se encuentran allí. En los. escritos apostólicos la doctrina de la espera provisional de los difuntps' en el más allá cede a la esperanza de una inmediata unión con Dios y con Cristo. Así se expresa San Pablo en Filip; 1, 23 s: " ...por. un lado deseo morir para estar con Cristo que es rnucho mejor; por otro quisiera permanecer en la carne..." y que esa sea la esperanza de que están poseídos los ministros evangélicos, lo afirma en II Cor. 5, 7 ss:: " ...P0rque caminamos en fe y no en visión, pero confiamos y quisiéra-_ · . mos más riartir del cuerpo y estar presentes al Señor". En los He– chos 7, 59 el diácono Esteban espera taml)ién ser inmediatamente unido a Cristo. "y mientras le apedreaban, Esteban oraba diciendo: Señor · . .Jesús, recibe mi espíritu". En Apoc. 6, 9 s; y 7, 9 ss., los mártires son. colocados· debajo del alt!:lr de Dios clamando a grandes voces venganza por su muerte ; ello manifiesta la ,idea de la condición privilegiada que les asignaron los primeros fieles. A pesar de todo subsiste-de alguna manera la idea de. que la situación de los difuntos inmediatamente des– pués de la muerte no es la definitiva y última; el juicio universal que Dio~ tiene determinado realizar por medio de Cristo desempeña un papel importante en l;J, •predicación apostólica; despu~s de él se dará el reinado eterno de Cristo y de su Padre; entonces sí se realizará .h glorificación total, definitiva y última del individuo humano con la resu'rrección final. En Apoc. 21, 27 se contiene una afirmación de gran importancia.. Se dice que en la nueva Jerusalén no entrará cosa impura ni qu:en eq~ meta abominación y mentira sino los que están escritos en el libro de [12}

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