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para todos : los q-i;te han s,ido juStQs el\ . impíos; aquéllos reciben '.inmediatamente <lespués · ' provisional recompensa en el seno de Abrahán, . éstos otros ·. émpiezan a cumplir su condena que será ~ás agravada todavfa en el , último juit;io ; su morada se llama gehenna (Mt.' 10, 28), horno de fuego (Mt•. 13, 42) y abismo (Le. 8, 31). Tanto.unos como otros' se denominan·· espíritus o t1lmas, y no sombras o .refaím. Después de la resurrección en el juicio final, los justos entrarán en el reino del Padre, y los hn- . , pfos en el fuego eterno preparado para el diablo y ~us ángeles (Mt. 25, "· · 31 ss.) etc... Pero una vez llegados dentro. del tema que nos ocupa de la remisi,ón escatológica, aparecen interrogantes que se quedan sin res– puesta. Los justos esperan en el seno de Abrahán la resurrección ~or- poral; pero ¿ qué ~s de los que no fueron del todo justos 1 Es claJ'.'.O qtté en ,tiempos 1:le ~~estro Señor conocían (al menos por lo que a sus efectos. se refiere) la distinción de los pecados qtie nósotros .llamamos mortales y veniales; consiguientemente distinguían de los impíos a los justos en posesión de la perfecta justicia y a la v.ei de éstmi, a losjus– t9s, sí, pero con faltas pequeñas en el alma (1 Jn, 5, J6). Los pecados mortales Levan a la gehenna eterna · de castigos ; los otros, no. Pues bien, ¡, cómo se purificarán esos medianos de sus falt~s veniales para Po– der recibir de r>ios el premio de la resurrección, si murieron sin haber hecho penitencia? ,¿ Por pura gracia de Dios que ~es perdona en él momento de la muerte? ¡,Por virtud eX'piatoria ·dé··propios tormentos soportados en algún lugar o c.ondición intermedios en el más. allá 1 Decimos lugar o condición intermedios, pues entre la gehenna y el· . seno de Abrahán hay un abismo que no se pu.ede franquear (Le. 16, 26). ¿ Por sufragios de los vivos? ¿ Exige por otra parte el seno de Abrahán pureza absoluta de todo pecado venial en aquéllos que allí tl):ltran 1 No se obtiene respuesta satisfactoria de las pá,ginas del evan– gelio. Lo ná.s seguro es afirmar que muchas de estas cuestiones no se habían1 planteado todavía porque la escatología no había' evolucionado lo .suficiente como para. :plantearlas. Puede admitirse com muy probable la práctica de los sufragios en favor de los liifuntos en tiempos d.e .Cristo ·dentro de algunos sectores· del Judaísmo; conocían el c~so de Judas Macabeo y es muy natural . que muchos la adoptasen, si tenemos en cuenta que se fué. extendiendo la, doctrinic. de la resurrección con la que se armonizaba tan perfecta- · .60, $. 23; 61, 12;' Jubileo"l 4, 23 se supone el "Paraiso" habitó.do ya yor las almi.ts antes del final de los tle;mpos. Y el. alma de Jesús aquella tarde. dE¡LVi~rnes Santo no fué inmediatamente .al cielo sino al lugar éomún de l¡i.s almas, al lim– 'i:io, / a dm1de fué también el alma del buen. la.drón; [11)
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