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DIONISIO PRECIADO «Y mandaron que el Vicario, que es ministro de los aniversarios, pague por cada uno de estos sobredichos señores canónigos y racione– ros lo que cada uno de ellos ha mand,ado.» [fol. 12v] «Contáronse los cañones del órgano vie;o a 11 de octubre por el Chantre, Maestrescuela y por el Maestro, y hallaron que había 222 cañones en todos.» 9 El acta precedente no hace constar la cantidad monetaria con que con– tribuyeron los señores Baquedano y Jaime. Se conoce que, a la hora de redactar el acta, no se habían decidido todavía por el cuanto, y luego se le olvidó al secretario el asentarla. Es de suponer que contribuyesen con algo. El acta dice que «ofrecieron y mandaron para que los órganos se hiciesen». Entre los tres señores que hicieron el recuento de los tubos del órgano viejo se nombra al Maestro. Al no especificar más, no se puede saber hoy qué Maestro es éste. Podría ser el maestro de las obras del coro y también el maestro de capilla, entre otros. El acta de la colecta pro órgano nuevo dice la fecha en que se hizo el recuento de los tubos del órgano viejo desmontado. Fue el 11 de octu– bre. Se supone que del año precedente -1517. Si se lee con atención el acta precedente, se notará la expresión «para que los órganos [sic, en plural] se hiciesen». Las actas capitulares de entonces casi siempre nos hablan de «los órga– nos», en plural. En realidad, se trataba de dos órganos los que había en el coro -el grande y el pequeño-. Este, por estar a espaldas del organista, se llamaba cadereta. El órgano de cadereta era el órgano que corresponde hoy al órgano positivo. Se llama así -positivo- porque se ponía, como si fuera un mue– ble pequeño, al alcance de las manos del organista sentado al órgano gran– de. A veces, una misma banqueta servía para los dos órganos -el grande y el de cadereta-. De esta forma, el organista, para poder tañer. el segundo, no tenía más que darse media vuelta. Con el tiempo, este órgano pequeño -el de cadereta o positivo- se introdujo en el grande, poniendo en éste un. segundo teclado, paralelo y superior, llamado hoy teclado positivo. Así, el organista podía pulsar los dos órganos, sin tener que darse media vuelta. 9 Archivo de la Catedral de Tudela (Navarra), Actas Capitulares (1516-1536), fol. 12; y 12". 64 [4]

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