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YMÁS SOBRE ESTELAS DISCOIDEAS NAVARRAS No estaban muy alejadas de la realidad las medidas dadas por nuestro roncalés de Burgui, utilizando las unidades de nuestro viejo reino. Además, puede ocurrir que haya sufrido desgastes y roturas que hayan reducido algún tanto sus dimensiones. De sumo interés es la afirmación con que da término el padre Burgui al párrafo dedicado a las medidas y forma geométrica de la estela: "... toda ella al modo de las lápidas sepulcrales que suele haber en los cementerios del Valle de Goñi y también en los otros países"; en tiempo del padre Tomás se seguía haciendo uso ampliamente de estos símbolos funerarios en los ce– menterios adosados generalmente a uno de los muros del templo parroquial; ya advertí al estudiar el caso de los estelas del lugar de Echalar (Navarra) que, a pesar de la costumbre introducida en la generalidad de los lugares, de enterrar dentro de las iglesias, se seguía enterrando en el cementerio común; les resultaba más cómodo, tradicional y económico. ¿Qué alcance se ha de dar a la frase "y también en los otros países"?. Creo que se referiría nuestro cronista a otros pueblos navarros por él visitados, incluidos los del Valle de Roncal, de donde procedía, porque no consta de su vida que hubiese viaja– do por países ajenos al Reino de Navarra. Se indica también que en 1765 encargaron a dos peritos el estudio de la estela discoidea; sacaron dibujo de sus dos caras y base y los publicó el padre Burgui en su segundo volumen, ocupando un folio completo; consta en la parte inferior derecha de la página: "Grabado por Juan Ant. Salvador Carmona'', artista que preparó el molde en madera para la impresión de la obra. Comparando este gráfico de la página 16 del volumen segundo de la obra del padre Burgui, con la transparencia obtenida del ejemplar conserva– do en el Museo de Navarra, se observa que la superficie discoidal donde se hallan representadas las tres figuras humanas, se halla muy idealizada, y, comparándola con la real, se observa que representaron a los tres con rostros demasiado juveniles; es de observar que el autor considera derecha e izquier– da, no la del observador, sino la de la estela, siguiendo las normas entonces tan estrictamente seguidas, de la heráldica; así, la figura de la derecha es don Theodosio armado de una lanza; la del medio, su padre, y la de la izquierda su madre; ya se indica que el desconchado que se ve en la cabeza de su madre se debe a un balazo que un cazador disparó sobre un cuervo que se hallaba posado en la estela. En la estela real se observa mejor, a pesar del mal estado de conservación en que se halla, la posición de la lanza o dardo con que dió muerte don Theodosio a su padre, y la postura de plácido sueño de su pobre madre, con el brazo derecho cruzado sobre el cuerpo; no se ven ahora los puñales que tan claramente vieron los autores del dibujo, porque actualmente la estela tiene un orificio ancho que atraviesa de parte a parte la cabeza discoidal de la estela, en su centro, como si la hubiesen utilizado para apoyo del gozne de alguna puerta, (quicio de la puerta). Inés Tabar señala otro hueco circular en la base de una de las dos caras. La otra cara lleva "figurada una cruz equilátera, con una especie de panel o roseta grande en su centro y otras cuatro menores en los vacíos interme– dios que corresponden a los cuatro brazos". Efectivamente, a pesar del dete– rioro de esta superficie discoidal, puede verse la hermosa cruz, compuesta en [19] 239
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