BCCCAP00000000000000000001251

VIDAL PÉREZ DE VILLARREAL Conocedor de las dificultades con que iba a chocar por la falta de docu– mentos históricos, se apoyó en la tradición popular, como lo hacen los etnó– logos y folkloristas actuales, recogiendo cuanto de boca del pueblo se puede escuchar, y en defensa del valor de esas tradiciones legendarias recogidas por él, traduce de un poeta latino los versos siguientes: . Pueden quedar los libros abrasados y ser los monumentos destruidos; pueden ser mis escritos arruinados y los tuyos también ser fenecidos. Mas tales infortunios extremados no de la tradición serán sentidos; porque en la "gente", mientras haya "gente" siempre su viva voz es permanente. Presentación oficial de la obra del padre Tomás de Burgui El día de Todos los Santos de 1774 moría el padre Burgui sin haber po– dido tener en sus manos ninguno de los dos volúmenes de su magna obra; acababa de cumplir los 53 años y 37 de vida religiosa. En la introducción previa al primer volumen ya habla con pesadumbre de su quebrantada salud. El lunes "posterior", 7 de noviembre, bajó el Señor Obispo con toda su familia, los señores Arcedianos de Cámara y de Tabla, el señor Canónigo Amigot con el señor Prior de la Catedral, algunos caballeros y personas dis– tinguidas ("visibles", escribe el cronista), formando un grupo de unos 40 in– dividuos. Se puso un cuadro de San Miguel en el altar mayor... , se adornó con las velas que se bajaron de Palacio, y el Señor Obispo por sí mismo puso sobre el altar mayor, la obra que el dicho padre Burgui dejó escrita de San Miguel de Excelsis; acababa de publicarse. ¡Original, dignísima y solemne forma de presentar al público culto una obra de tanta importancia para la iglesia navarra! Salió la comunidad al cuerpo de la iglesia, estando sentado el señor Obispo en su sitial; apareció el señor Vicario General revestido con una rica y preciosa capa de las monjas de San Pedro, y Diácono y Subdiácono con dalmáticas del mismo terno que la capa; el diácono fue don Francisco Igna– cio de Altolaguirre, secretario del Señor Obispo, el subdiácono don Miguel de Alderigaya, su mayordomo; entonó el señor Vicario General el "TE DEUM" y lo cantó la comunidad en hacimiento de gracias de haberse con– cluido y dado a la prensa la dicha historia y obra de San Miguel de Excelsis; subió la comunidad al coro y se cantó la misa, la que celebró el señor Vica– rio General, sobrino del señor Obispo, y concluida, bajaron al entierro común de los religiosos y en la sepultura del dicho padre Burgui se habían puesto cuatro velas; entonó el señor Provisor y Vicario General el responso que cantó la comunidad, asistiendo el señor Obispo en el mismo lugar de la Capilla donde se entierran los religiosos. Concluidas las funciones de la iglesia, "fuimos al refectorio después de haber comido la comunidad; el Illmo. se sentó en medio de la mesa traviesa con el señor Prior de la Catedral, los Arcedianos y Canónigos amigos; los Padres que asistimos a la mesa en compañía del señor Obispo fuimos cua- 234 (14]

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz