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Y MÁS SOBRE ESTELAS DISCOIDEAS NAVARRAS Biblioteca General de Navarra, pero pasó, como ejemplar repetido que constaba haber pertenecido a los Capuchinos, a los fondos de la biblioteca de estos religiosos; fue un gesto de buena voluntad de los dirigentes de la Diputación de Navarra, que agradecimos todos. Procedían de la dispersión que en el pasado siglo sufrieron los fondos de los archivos y bibliotecas de las casas religiosas, con la exclaustración y supresión de las órdenes religio– sas decretada por el Gobierno español. (Mendizábal, 1835). El padre Tomás de Burgui Se trata de un religioso capuchino nacido en 1721 en Burgui (Valle de Roncal-Navarra); fue profesor o "Lector" de Teología en Pamplona durante muchos años y superior del convento todavía hoy existente, extramuros de la ciudad, en el barrio conocido ahora como de San Pedro; hombre muy culto y ponderado en sus determinaciones, recibió el encargo de redactar las Constituciones de las Religiosas Agustinas de Puente la Reina (Navarra), por parte del Obispo don Gaspar Miranda y Argaiz, muerto en 1767 ("a once de diciembre"). Su sucesor en la Sede de San Fermín fue el ilustre baztanés, natural de Errazu, Don Juan Lorenzo de Irigoyen y Dutari, gran admirador de los religiosos capuchinos y del lugar ocupado por los mismos en las afue– ras de la ciudad, recogiéndose en él en ocasiones para su descanso espiritual y físico, por ejemplo en las fiestas de San Fermín y con motivo de sus ejerci– cios espirituales. Este señor Obispo fue quien encargó al padre Burgui, la preparación de una obra que recogiese toda la leyenda e historia del Santua– rio de San Miguel de Aralar. Se conserva el manuscrito original de esta obra en el Archivo Provincial de Capuchinos. Desde entonces, pues, por lo menos, data la relación especialmente in– tensa entre los capuchinos y este Santuario, porque nos cuenta el mismo padre Tomás de Burgui en la crónica conventual, que "el 24 de mayo de 1771, témporas de la Santísima Trinidad", San Miguel -hizo noche- por primera vez en el convento de capuchinos, extramuros de la ciudad; "en los años antecedentes, dice el cronista, hacía noche en Villava, mas este año se pidió al R.P.Guardián por todo el Valle de Araquil, que permitiese que se re– cibiese en el convento y que hiciesen noche en él, lo cual concedió dicho R.P.Guardián con mucho gusto". Ignoro la fecha en que se le hizo el encargo de la preparación de esta obra al padre Burgui, pero Monseñor Irigoyen Dutari era ya Obispo de Pamplona el día 25 de septiembre de 1768. Seguramente que el padre Tomás llevaba entre manos este trabajo desde hacía tiempo, pues se refiere en determinadas ocasiones a fechas como 1715 y 1756, como referencias de datos recogidos por él y por otros escritores como el padre Francisco García que él cita sin especificar nada en concreto de su obra. En su referencia a los peritos enviados a Goñi para estudiar y dibujar la estela, habla del "año pasado, 1765", tres años antes de la entronización del obispo baztanés en la Sede de San Fermín. La ciudad de Pamplona ha querido perpetuar la memoria de este religio– so roncalés, dedicándole una calle en los nuevos barrios próximos al conven– to de capuchinos de San Pedro, el clásico "extramuros". [13] 233

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