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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL La otra cara presenta una ornamentación poco frecuente en las discoideas; partiendo del punto central Ocomo centro de irradiación, fuertemente señalado también por el artesano con una señal profundamente hundida, se forma una figura geométrica de diez radios; los extremos de estos radios se unen alternadamente dos a dos con pequeños arcos de circunferencia, formando un conjunto sumamente agradable por su singular armonía. La intersección de estos pequeños arcos forma diez husos no tangentes a la corona circular sogada que los envuelve; esta corona sogada tiene aproximadamente 1,8 cm. de anchura. Una orla externa de poco más de centímetro y medio de anchura rodea al conjunto sin limitar la irradiación procedente del punto central y de la armónica silueta de sus diez radios. Todo el dibujo está realizado en simple incisión, totalmente recta en los radios y siempre limpia y profunda. La corona sogada podría representar una difusión en plenitud de la irradiación de la energía procedente del interior. El canto de la estela discoidea, de 11 '5 cm. de anchura, lleva en incisión profunda dos circunferencias paralelas, distanciadas entre sí 5 cm. y a 3 cm. de distancia del exterior, añadiendo un fino detalle más a esta hermosa estela discoidea manchega. Sus medidas son: Diámetro del disco . Espesor del disco . Altura total de la estela . Longitud de la almohadilla disco-base . 32 cm 11,5 cm 55 cm 25 cm Esta estela recuerda a la descrita en 1979 por F. de la Casa-Martínez 1, existente en el cementerio de Tarancueña (Soria), muy cerca de la provincia de Guadalajara de donde procede la aquí descrita. Las coincidencias de algunos de sus detalles más específicos, como la corona sogada y la existencia de lóbulos entre disco y base, pueden ser signo claro de este parentesco. La presencia de la cruz de Malta no llama la atención, pero sí el ornato de la cara segunda: no resulta tan sencillo dividir la longitud de la circunfe– rencia en diez partes iguales, para realizar la forma geométrica que aquí plasmó el artesano manchego. Al datar sus discoideas, F. de la Casa-Martínez se inclina por situarlas en los siglos XI y XII 2 ; apoyándome en lo indicado y sobre todo en la experiencia y autoridad de este autor, me atrevo yo también a fecharla en la alta Edad Media, siglos XI o XII. Figuras y fotografías del autor. 1. F. DE LA CASA-MARTÍNEZ, Carlos, Hallazgo de un grupo de estelas discoideas medieva– les de influencia vasco-navarra en el cementerio de Tarancueña (Soria),, en CEEN 11 (1979), p. 203-214. Véase la estela n.º 4, p. 210 s. 2. Idem. p. 214. 264 [2]

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