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TESTAMENTO DE DON BLAS ALEXANDRE DE LEZAETA 1597-1647 Se entregaron a los cinco hermanos y hermanas del difunto dos mil doscien– tos reales «por razón de su legados», a c{¡atrocientos cuarenta reales cada uno 22. A Catalina de Lezaeta, su hermana, se le añadieron mil cien reales más, y también se le cargaron dos mil setecientos treinta y siete reales de una deuda de Pedro Sacristán, y quinientos reales más para «desempeñar» una cadena de oro que estaba en poder «de una persona que dijo la tenía por esa cantidad». Balance final. «Monta el cargo, fol. 40 : 84.413 Rs 1/2 Monta el descargo, fol 41 : 46. 526 Rs 1/2 Diferencia: 37.887 Rs Quedaban en poder del Abad de Inza, treinta y siete mil ochocientos y ochenta (el manuscrito no añade siete que se lee en la cuenta) reales, los cuales ha de entregar a Juan de Atallu «para que los tenga en depósito a mi distribu– ción para las mandas del difunto, así pías como graciosas». Siguen las firmas de Martín de Otermin, Abad de Inza, y de Juan de Gárriz. Valoración aproximada de estas cantidades. Para hacernos una idea del significado de esta cantidad, podemos fijar nues– tra vista en «la caridad» que se pagó por las misas celebradas a su intención; en Zaragoza se pagó a un real por misa y en Betelu y Valle de Araiz, a dos. Este estipendio de caridad no es el pago del servicio religioso y menos toda– vía el pago de la misa, sino una ayuda pecuniaria que se da al celebrante para atender a sus necesidades más perentorias. Siempre ha estado esta ayuda por de– bajo del valor mínimo que un individuo del nivel social medio necesita para vi– vir. No parece deducirse por otra parte que el nivel de vida fuese superior en Navarra que en Aragón de la diferencia de tasa pagada en ambas regiones, pues don Bias quería volcarse económicamente en su pueblo y valle. Otro índice de comparación radica en el sueldo que un oficial cualquiera co– braba entonces por su trabajo y servicios. Dispongo para ello de los jornales que se pagaban en Navarra algunos años antes, en 1627; así, los oficiales de albañi– lería, cantería y carpintería cobraban tres reales diarios y si además comían «a costa» del vecino donde trabajaban, dos reales. ' Los mozos de labranza tenían que contratarse por un año, cobrando dieciséis ducados por todo ese tiempo, y los pastores cobraban, dieciocho ducados anuales los mayorales, y quince, los ra– patanes o rabadanes más jóvenes 23 • La PREMATICA de donde he obtenido estos datos se publicó para el Reino de Navarra en 1627 y la moneda usada en ella era el real navarro, pero no sería muy grande la diferencia con el nivel económico y social aragoneses y con el va– lor de la respectiva moneda de Aragón; así podemos hacernos alguna idea de la cantidad que necesitaba una persona para atender diariamente a las necesidades normales de su vida 24. 22. Resulta difícil, por no decir imposible, comparar estos valores dados aquí en reales, con los del Testamento que se dan en ducados, y todos con el valor actual en nuestra moneda. 23. Véase sobre este tema, FERNANDEZ, LUIS - El valor de las cosas en Tierra de Campos en 1521. Cuadernos de Investigación Histórica. Madrid, 1 (1977) p. 151-176. 24. PREMATICA Y TASSA GENERAL DE LOS precios a que se han de vender las mercaderías [19) 55

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