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TESTAMENTO DE DON BLAS ALEXANDRE DE LEZAETA 1597-1647 ron un paso más, poniendo a subasta pública todos los bienes del señor Inquisi– dor en la Almoneda de Zaragoza; se abrió la subasta el día 18 del mes de no– viembre de 1647 1s. Se ha conservado una relación exaustiva de todos los bienes subastados y de sus precios iniciales de tasa, bajo el título: «Memoria de los bienes que se han vendido en la Almoneda que se ha hecho del señor Inquisidor don Alexandre de Lezaeta, que se dictó en la ciudad de Zaragoza a 18 del mes de noviembre de 1647 y duró hasta 22 de los mismos mes y año» 16. La relación no lleva ningún orden, ni de objetos, ni de precios, y la lectura de la misma nos lleva a la conclusión de que se puso a subasta pública todo cuanto tenía el señor de Lezaeta. Nos es posible así reconstruir su vida privada con bastante detalle. Sabemos que se trataba de un clérigo ordenado de sacerdote, y se puso a venta pública «un juego completo para decir fa misa» de uso particular del señor Inquisidor 17; también sabíamos que pertenecía al cuerpo inquisitorial, y se puso a venta «la venera del Santo Oficio de cuatro escudos y catorce granos, todo en oro, al precio de catorce libras y ochenta y uno sueldos» 18; externamente por lo menos cultivaba la vida piadosa y poseía infinidad de cuadros religiosos (de la Virgen, un Ecce Horno, de los Apóstoles, de la Verónica..., un relicario de oro...) y otros objetos más sin especificar el tema de los mismos; hizo uso, tam– bién, en su vida profesional, de numerosos libros que fueron adquiridos en di– versos lotes por los Inquisidores don Gabriel y don Francisco, compañeros suyos, y los albaceas dejaron en poder de un librero de la ciudad {sin especificar su nombre) otro lote de libros «en pago de unas deudas que tenía don Blas de Lezaeta» con él. No se dan ni nombres de autores, ni títulos de libros. A pesar de vivir en el Palacio de la Aljafería, lo hacía de forma totalmente independiente de los demás compañeros de oficio y profesión, con «un ama» y varias «criarlas». Cocina-. Disponía de cocina propia, detallando «la mesa de cocina con sus pies», «do:; bancos», «numerosas sillas» y tres pares de «murillos» con su aderezo de «fuego», de «ferro» y de «azófar» 19 • Además, se pusieron a la venta, una caja de «morteros de destilar», «once tinajas con sus tapadores», «cuatro barriles de vidrio para aceitunas», «un pellejo de tener vino», «unas parrillas», y otros adita– mentos como una cazuela de «Intrager?», «una caldera de arambre», varias tazas de «picalto» sobredoradas y diversos juegos de cuchillos, tenedores, cucharillas, cucharas, platos y platillos, todos fabricados en estaño. Se vendieron también dos «almireces» y variados juegos de «manteles y servilletas»; doce fruteros re– dondos y un fruterillo de tafetán. Entre los objetos de plata pertenecientes al ajuar culinario se citan una sala– dera, tres jarros, seis vasos, tres tazas, un cucharón e infinidad de platos, plati- 15. Almoneda: venta pública de bienes muebles con licitación y puja; veáse al final «Glosa- rio»: 16. Testamento. Se publica al final el texto del mismo. 17. «Un arca con ornamentos para la misa» (Inventario). 18. Vcnera = insignia. Cruz que los caballeros de las Ordenes Militares llevaban colgada al cuello. 19. Murillo "' morillo. Caballete metálico para sostener la leñ.a en el fuego del hogar, don Bias los tuvo de hierro y de latón (azófar). · [13] 49