BCCCAP00000000000000000001247

VIDAL PEREZ DE VILLARREAL Las escombreras de Aritzakun Plinio el viejo, autor de la Historia Natural, recogió cuanto le fue posible observar y escuchar en sus viajes por los dominios del Emperador Romano. Amigo de Vespasiano, llegó a ser Procurador de la Provincia Tarraconense, en España, iniciando su gobierno el año 67. Pudo, pues, contactar perfectamente con los pueblos de España. En el libro XXXIII de su obra nos describe con mucho detalle los métodos que entonces se empleaban en el Imperio para obtener el oro, razón primera de muchas de sus conquistas. «Generalmente, dice 38 , el oro se halla en gránulos pequeños, aislados de las rocas que los acompañan, en España les llaman striges» (una de las muchas voces autóctonas que ha latinizado el naturalista). Para obtenerlo, omitiendo el hecho antes descrito 39 , de cómo las hormigas sacaban oro del interior de la tierra en un fabuloso país y el dicho del grifos fantástico de la zona del Indo, «entre nosotros, dice, los métodos son tres:» 1°) se recoge la arena de los ríos auríferos (cita el Tajo español). 2°) se excavan pozos hasta dar con el filón de oro. 3º) se destruye un monte entero, «ruina montium». En el primero de los métodos no se detiene el Naturalista, por considerarlo poco útil, dado el pequeño número de ríos de este tipo, a pesar de que «no hay oro más puro, pues el movimiento y rozamiento han contribuído a refinarlo». 40 • El segundo tiene una explicación sencilla y también aquí nos presenta el sabio romano unos cuantos términos que fue tomando del lenguaje técnico popular hispano. «Los montes de España, dice, áridos, estériles e impro– ductivos, forzados por el hombre, dan oro que se llama canálico o canaliano. No se presenta en forma de granos... sino que está encerrado entre partículas de la misma roca. Las venas de oro canálico se distribuyen de forma irregular a lo largo de las paredes del pozo o galería... La tierra de las galerías se sostiene con fuertes columnas de madera... » 41 • «Extraída la masa,- se golpea, se lava, se quema y se muele... y tritura en un mortero, hasta polvo fino». Las operaciones posteriores suponen una técnica altamente desarrollada que no interesa exponer aquí. Al describir Plinio el tercero de los métodos, su telegráfico latín sube de tono, para hacerse épico: «El tercer método para obtener oro es obra de titanes. Se agujerean los montes por todos sus lados y direcciones, mediante galerías iluminadas con lámparas... Dentro -de esas galerías no se ve la luz solar... Se les llama «arrugia». 38. PLINII SECUNDI, C. Historiarum Mundi. Lib. XXXIII, cap. 19. Panckoucke, p. 47. 39. Id. Op. cit. cap. 21, n. 0 4. Panckoucke p. 49. 40. Id. Op. cit. Panckoucke p. 49. 41. Id. Op. cit. Panckoucke p. 49-5 l. 176 [12]

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz