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VIDAL PEREZ VILLARREAL V/: Adjutorium... V/: Domine exaudi... V/: Dominus vobiscum... Oremus: Exaudi nos Sancte Pater Omnipotens Aeterne Deus et mittere digneris sanctum Angelum tuum de caelis, qui custodiat, foveat, visitet, atque defendat omnes laborantes in hac Calcaria, et ad eam concurrentes. Per Dominum Jesum Christum... Oremus: Adesto supplicationibus nostris, Domine Sancte Pater Omnipo– tens Aeterne Deus, et praesta auxilium gratiae tuae, ut quae sunt adversa sive contraria in hac Calcaría famulorum tuorum, expellantur tua sancta benedic– tione, quae maneat supra ea semper. Per Christum... Ad Ligna et Petras. Benedic domine haec ligna atque has petras ut in calcem vertantur, et praesta ut sine laessione aliqua suo munere fungantur. Per Christum... Ad Ignem: Domine Sancte Pater Omnipotens Deus, in nomine Dilecti Filii tui Domi– ni nostriJesu Christi, et Spiritus Sancti Paracliti benedicimus et sanctificamus hanc creaturam ignis, tu quoque ipsum corrobora tua pietate. Per Christum... Se pide de forma general en la primera de estas oraciones, la protección del cielo para los trabajadores de la calera y para todos los que tengan que colaborar de algún modo en la misma. En la segunda oración se bendice la calera y se pide que cuanto pueda haber de contrario a su recto funcionamiento, sea alejado de la misma con la bendición del cielo. En la tercera se bendice la madera que se va a quemar y las piedras que se van a calcinar y se pide que la cal que se va a obtener, cumpla con sus funciones específicas sin producir daño a nadie. Finalmente, en la cuarta se bendice el fuego y se pide al Señor que vigorice El mismo la acción calcinadora del fuego: «Tu quoque ipsum corrobora» 9 • 6. Encendido del horno de cal Inmediatamente después de la bendición, se procedía al rito del encendi– do de la calera; dirigido por el maestro hornero, el promotor o dueño encendía unas ramitas de retama y las introducía por la pequeña abertura dejada en la boca o agoa, dando principio al «cocido» de la piedra del horno. Actualmente resulta sencillo y cómodo el método para producir fuego; en épocas no muy remotas no ocurría así y la obtención del mismo requería varias operaciones no muy fáciles de realizar: en el juego de la yesca, el pedernal y el eslabón se encerraba el secreto de su preparación. Debido a estas dificultades, se procuraba conservar de día y de noche el fuego en cada hogar o cocina doméstica de forma continuada; en caso de necesidad se podía acudir a la casa del vecino en busca de un «tizón», antes de iniciar el 9. Manuscrito de Narvarte. Manuscrito de principios del siglo XIX donde se recogen bendiciones rituales y devociones variadas; 14 x 9,5 cm. 392 [16]

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