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un gravísimo daño a la tranquilidad pública. Esos religiosos no sólo toman parte muy activa en la política, sino que fomentan los odios y aumentan las divisiones en los partidos. Las últimas revoluciones, las invasiones y las guerras incesantes en la frontera a ellos se les debe. No suelen guardar armonía con la autoridad episcopal y por el contrario son factores de cismas escandalosos. Contra mi antecesor, en la diócesis de !barra, el ahora digno Arzobispo de Quito, publicó uno de ellos un libelo infamatorio; y contra mí ellos son los que más calumnio– sas publicaciones han hecho por la prensa en Pasto. Yo no soy enemigo de los religiosos; pero sí soy y seré enemigo de todo lo que contribuya a perturbar la paz y la tranquilidad pública en nuestra nación. Esos padres están con sus manos empapadas con sangre ecuatoriana. Puede ser que esta mi actitud me cueste la vida: no importa, me sacrifico por el bien público. De V.E. obsecuente servidor y sincero amigo-. Fe– derico, Obispo de Ibarra". Wilfrido Loor, Op. cit. pp. 8-9. c 17 > Op. cit. p. 66. os> Op. cit. p. 122. o 9 > "Los sacerdotes pueden y deben meterse a veces en política y apoyar al partido que sea íntegramente católico cuando éste tiene de frente otro liberal; los buenos cristianos están en el deber de unirse para defender el reinado de Jesucristo (ayuda de los colombianos al partido conserva– dor ecuatoriano), y no les asuste el principio de no intervención y el acudir a las armas, porque la no intervención como la entienden los liberales está condenada por la Iglesia, y en ocasiones es lícito defender la Fe en los campos de batalla". Op. cit. p. 125. czo> Op. cit. p. 132. ( 21 > Op. cit. pp. 130-131. en> "La CER realizó una exposición de las actividades de los religiosos en el Ecuador, que demostró que el ochenta por ciento de la labor educa– cional y asistencial de la iglesia en el Ecuador estaba realizada por el elemento religioso". VARIOS, Historia General de la Iglesia en América Latina, Sígueme, 1987, tomo VIII, p. 404. c 23 J Cfr. VARIOS, La Provincia Capuchina de Navarra-Cantabria-Aragón, 1950-1975, Verbo Divino, Estella, 1975, p. 426. C 24 l "Pobreza, escasez de recursos y necesidades ineludibles en casas y personas eran compañeras constantes en la vida diaria. Página de roturación de campos apostólicos y de vivencia de elevado espíritu 35

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